¿A que parece fácil? ¡Pues nada de eso! Yo este mes me he dejado los sesos pensando en alguna receta cuyo ingrediente principal fuera el queso y no fuera la consabida tarta de queso (que ya tengo publicadas unas cuantas como la de queso con mermelada de fresas y chocolate, la de la Sra. Merkel o la de sabor a melocotón)...venga darle vueltas...venga darle vueltas...si encima pensáis que estoy viviendo en Holanda donde los quesos españoles brillan por su ausencia...¡peor aún!
Cuando más desesperada estaba me fui el sábado al mercado semanal de Leiden, mi ciudad natal, donde puedes encontrar de todo...y mira tu por donde me encontré un puesto ¡con embutidos y quesos españoles! ¡oleeeeeeeeee! Enseguida que vi el fantástico queso manchego curado se me antojó preparar una de las tapas que más me gusta aunque sea sencilla de morirse. ¡Y esa es la que traigo! ¡5 minutillos vais a tardar en prepararla!
Ingredientes: 100 g almendras con piel; 200 g queso manchego; aceite; sal.
Preparación: Poner las almendras en agua a cocer hasta que arranque a hervir el agua. Apagar el fuego y colar las almendras. Quitarles la piel apretando por la parte alargada.
En una sartén poner 1 cucharada de aceite y cuando esté caliente añadir las almendras y freír a fuego medio moviendo frecuentemente hasta que estén doradas. Sacar con una rasera a un plato donde habremos puesto sal fina.
Cortar el queso manchego en triángulos dejando la corteza y disponer en un plato dejando un hueco en el centro. Colocar ahí las almendras fritas y tomar acompañado de un vinito dulce o de una cervecita bien fresquita.
Espero que no sea demasiado simple para la iniciativa #comequesoquesabeabesos y deseando estoy de ver el resto de los platillos queseros. ¡Suerte!