Podéis presentarlo como más os guste, yo he optado por montar nata y congelar las tarrinas tal cual veis, pero también podéis congelar solamente el helado de caramelo y adornarlo con la nata recién montada una vez lo vayáis a degustar. Otras opciones son las de disfrutarlo en forma de bola dentro de un cucurucho o en una copa con unos barquillos.
Ingredientes:
- 500 mlts de leche.
- 4 huevos.
- 1 cucharada colmada de miel.
- 150 grs de azúcar.
- 50 mlts de agua mineral.
- Crocanti de almendra.
- 150 mlts de nata para montar.
Preparación:
- Calentar la leche con la miel en un cazo sin que llegue a hervir. Reservar fuera del fuego.
- Cascar los huevos en un bol y batirlos con 50 grs de azúcar.
- Agregarlos a la leche y remover hasta mezclarlo todo bien.
- Volver a colocar el cazo al fuego y cocer a fuego lento, removiendo sin parar hasta que espese.
- Reservar fuera del fuego.
- En otro cazo, calentar 50 mlts de agua mineral con 100 grs de azúcar hasta obtener un caramelo rubio oscuro. !Ojo que no se queme!.
- Añadirlo despacito y en forma de hilo a la crema anterior, removiendo siempre con mucho cuidado de no quemarse.
- Mezclar bien y darle un pequeño hervor, removiendo continuadamente hasta incorporar el caramelo.
- Verterla en un molde metálico y dejarla enfriar un poco.
- Llevar al congelador tapada con papel film durante 2 horas.
- Remover bien cada 30 minutos para evitar que se cristalice.
- Una vez cremoso nuestro helado, lo repartimos en las tarrinas y espolvoreamos un poco de almendra crocanti por la superficie.
- Luego procedemos a montar la nata con 50 grs de azúcar.
- La metemos dentro de una manga pastelera y cubrimos nuestras tarrinas con ella.
- Espolvoreamos otra poquita de almendra crocante por encima de la nata y llevamos de nuevo al congelador.
- Sacar del congelador media hora antes de servir.