Después de unos días sin dulces, como que apetece algo ya ¿no?, os cuento la historia de esta tarta; la tomamos antes de navidades, teníamos un cocido al horno de leña pendiente en la casita rural de Antonio y Pilar y, con el cocido casi siempre se toma de postre (por lo menos en mi familia y alrededores) flan, natillas, arroz con leche... cositas caseras como dice Johnny. Ese día yo estaba de antojo y por... tenía que hacer algo con masa quebrada; así es que de ahí salió la tarta rústica de crema pastelera, la masa quebrada por un lado y las natillas por otro, esta crema es un poquito más líquida que las natillas, por eso no os he puesto la imagen de una ración, sacamos unas cucharillas y todos a la vez fuimos degustando la tarta de crema, como antaño en el pueblo... Al final nos quedamos Paco y yo terminando ¡¡¡estaba tan rica!!!
Ingredientes
Masa quebrada:
115 gr, de harina
115 gr. de miga de galletas maría
4 cucharaditas de azúcar
1/4 cucharadita de sal
115 gr. de mantequilla s/sal derretida
Chocolate para decorar
Crema pastelera:
3 yemas de huevo
3 cucharadas de azúcar (15gr.)
10 gr. de mantequilla en trozos
10 gr. de harina de maíz
250 ml. de leche (yo sin lactosa)
Ponemos la leche en un cazo y dejamos que hierva. Añadimos la pasta de la vainilla o el azúcar avainillado (las 3 cucharadas de azúcar pueden ser de azúcar avainillado si no tenemos vainilla a mano).
En un bol batimos las yemas con le harina de maíz. Cuando la leche esté hirviendo la vamos incorporando a las yemas poco a poco sin parar de remover. Pasamos la mezcla de nuevo al cazo, lo ponemos al fuego y sin parar de remover dejaremos unos minutos hasta que vaya espesando, mejor a fuego medio para que no se pegue. Retiramos, añadimos la mantequilla y cubrimos la crema con papel film. El papel debe tocar la crema, esto hará que no se forma costra cuando enfríe.
Trituramos las galletas y reservamos. Mezclamos la harina de galleta con la harina de repostería y el azúcar glacé todo tamizado. Agregamos la sal y la mantequilla, mezclamos con las manos. Vamos incorporando las cucharadas de agua y seguimos amasando, hacemos una bola, la envolvemos en papel film y dejamos que repose en el frigo un par de horas.
Pasado el tiempo sacamos la masa y dejamos que atempere un ratito, así podremos estirarla con el rodillo y estará más manejable. Untamos nuestro molde con margarina, aceite o mantequilla y colocamos la masa, la vamos apretando bien en el molde y encajando las esquinas si es rectangular, en mi caso al ser redondito solo he tenido que ajustarla en la base. En la parte de arriba la he dejado un poco rústica, esa era mi idea, vosotros podéis cortar la masa recta si os gusta más.
Pinchamos la masa, cubrimos con papel vegetal y le ponemos peso encima, legumbres, canicas, o lo que os parezca, siempre que se puedan meter en el horno. Introducimos el molde en el horno que habremos precalentado a 200º y lo bajamos a 180º horneamos unos 20 minutos, retiramos el papel vegetal y volvemos a hornear 10 minutos más para que tome un tono dorado.
Sacamos del horno, dejamos que enfríe y desmoldamos.
Colocamos la masa sobre el plato o fuente de presentación y añadimos la crema pastelera, repartimos suavemente y teniendo cuidado con los bordes que son pueden romper. Decoramos, yo le puse chocolate rallado pero podéis ponerle frutas como fresas, arándanos, frambuesas, etc...
A nosotros nos ha encantado, espero que os guste...
Inspiración: Anna Olson
¡¡¡ Que la disfrutéis !!!
ANN