Es súper cremosa y su sabor, riquísimo. Se mezcla la ligera acidez de las moras con la suavidad del queso y la nata y ese toque tan especial que aporta una buena vaina de vainilla, consiguiendo un sabor inigualable.
Hoy he sido breve, y es que creo que, en este caso, las imágenes valen más que todo lo que yo os pueda contar con palabras. ¿Tiene buena pinta, eh?
Si os gusta, preparadla en vuestra casa y ya me contaréis. Seguro que repetiréis.
(La receta original, en la que me he basado para preparar "la mejor tarta de queso que jamás haya probado" pertenece al fascículo número 73 de la colección "Delicias al horno").
INGREDIENTES
- 750g de queso cremoso para untar
- 125g de azúcar glas
- 50g de harina fina de maíz
- 3 huevos grandes
- 300mL de nata líquida para montar (35% M.G.)
- 1 vaina de vainilla (de buena calidad)
- 225g de moras
- margarina para untar el molde
- azúcar glas
- moras
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Agregar el queso a un bol grande. Añadir el azúcar y la harina fina de maíz y batir enérgicamente hasta conseguir una mezcla cremosa. Añadir los huevos de uno en uno batiendo bien entre cada incorporación.
- Por último, agregar la nata líquida y seguir batiendo la mezcla hasta que todos los ingredientes queden perfectamente incorporados.
- Abrir la vaina de vainilla por la mitad y sacarle las semillas. Añadirlas a la preparación anterior y mezclar.
- Engrasar un molde desmontable de 23 cm de diámetro con margarina, y verter sobre él la mezcla para la tarta.
- Ir echando las moras por encima, procurando que algunas de ellas no se hundan del todo.
- Hornear durante 50 minutos a 180ºC. (Os aconsejo que a los 10 ó 15 minutos antes de sacarla del horno giréis el molde para que la tarta se cueza por todos los lados de forma homogénea).
- Cuando se haya cuajado, retirarla del horno y dejarla enfriar sobre una rejilla. Desmoldarla y reservarla en la nevera hasta la hora de servirla (es recomendable sacarla del frigorífico unos minutos antes para que tome temperatura ambiente). Servrila decorada con azúcar glas y unas cuantas moras frescas.
P.D.: Por cierto, se trata de una tarta que se prepara con harina de maíz, por lo que es apta para celíacos. ;)