Esta tarta a simple vista puede parecer complicada, pero es fácil, lo único que debemos tener algo de agilidad a la hora de montar ya que estamos trabajando con una crema que al enfriar se espesa, lo que podría complicar nuestro trabajo, pero a parte de eso nada más que es una mousse con una base de chocolate y con sabor a café y a vainilla.
Para elaborar necesitamos lo siguientes ingredientes:
Base de la tarta:
150 gramo de galleta maría
70 gramos de mantequilla
1 cuchara de cacao en polvo
Base de chocolate negro:
350 gramos de chocolate al leche
250 ml nata liquida
1 cuchara sopera de Nescafé (café en polvo soluble)
1 cuchara de mantequilla fría.
Base de chocolate blanco:
350 gramos de chocolate blanco
200 nata liquida
1 cuchara sopera de esencia de vainilla
1 cuchara de mantequilla fría.
Elaboración base de galletas:
Para preparar nuestra base de galleta, tenemos que triturar la galleta maría con el cacao en un procesador de alimentos, una vez listo añadimos la mantequilla hasta forma una masa. Hasta aquí no hay truco, solo tenemos que cubrir el fondo de un molde con aro removible, Dejar enfriar en la nevera.
Elaboración mousse de chocolate negro:
Troceamos el chocolate negro (o chocolate al leche) y introducimos en un bol
Poner el bol en baño maría para que se funda lentamente, incorporar la nata liquida y remover hasta que todo este bien integrado y ningun grumo.
Por último añadimos el café soluble y la mantequilla fría. Reservar pero mantener en el bol con agua caliente para que nuestra mousse no espese al enfriar.
Elaboración mousse de chocolate blanco:
Troceamos el chocolate blanco y introducimos en un bol
Poner el bol en baño maría para que se funda lentamente, incorporar la nata liquida y remover hasta que todo este bien integrado y ningún grumo.
Por último añadimos una cuchara sopera de extracto de vainilla y la mantequilla fría. Reservar pero mantener en el bol con agua caliente para que nuestra mousse no espese al enfriar.
Montaje:
Sacamos el molde con el fondo de galletas que hemos dejado reposar en la nevera.
Con una cuchara cogemos una porción de la mousse de chocolate negro y introducimos en el centro el molde.
Ahora cogemos otra cuchara y una porción de la mousse de chocolate blanco y introducimos en el centro de la primera capa de chocolate negro, daremos pequeños golpes en el molde para que se extienda un poco.
Ahora repetimos el proceso: cogemos una cuchara de la mousse de chocolate negro y colocamos en el centro de la capa de mousse de chocolate blanco.
Repetimos la operación intercalando las mousses y siempre poniendo en el centro de cada una, removiendo de vez en cuando para que la crema vaya extendiendo por todo el fondo.
Ese proceso es divertido pero también más elaborado, además hay que hacerlo con un poco de prisa y que como os dije antes, la crema al enfriar se vuelve más espesa y cuesta manejar.
Conforme vamos montado las capas veremos como el efecto cebra irá surgiendo creando este bonito efecto.
Una vez finalizado dejar reposar en la nevera por aproximadamente 4 horas.(o toda la noche)
El resultado es una sorprendente tarta mousse de chocolate con ligero sabor a café y vainilla