Desde que publicas la primera receta ya nada vuelve a ser igual.
¡¡¡¡Sí, moldes!!!! Porque, seamos sinceros, aunque ya no haya sitio para uno más, los tengamos apretujados dentro del armario de la cocina y otros estén acumulados como sardinas en lata dentro de una caja en la terraza, siempre (siempre) nos falta alguno de algún tamaño concreto o de alguna forma determinada que, por cierto, es súper imprescindible para hacer una receta importantísima, que si no es dentro de ese molde una va correr el riesgo de que sea un auténtico desastre (y no hay que correr riesgos innecesario, ¿verdad?)Y es que antes de empezar a bloguear tenía los básicos: uno rígido para bizcochos, otro de plumcake para hornear pasteles alargados, y otro desmontable para hacer tartas un par de veces al año. Todos, de mi madre. Pero, a medida que una postea, postea y postea, no puede evitar comprar, comprar y comprar un nuevo molde hasta hacerse con una colección que más quisiera un gran chef.
Todo esto lo digo porque no os podéis imaginar lo que me ha costado localizar los moldes para hacer estas tartaletas. ¡¡Y toda la culpa es mía!!Porque mi desorden innato unido a que, desde hace tres años, la casa está siendo invadida por moldes, platos, stands, cubiertos, cucharitas, bandejas, mantelitos, tacitas... (Ufff!!!) encontrar unos pequeños moldes que no uso desde hace meses resulta imposible.Ya tenía hecha la rica masa quebrada con avellanas para unas estupendas tartaletas saladas de lombarda y pasas, cuando me dispuse a buscar los moldecitos. Ahí vino el problema.
Los busqué por la cocina, por la terraza, ¡hasta por el salón! (sí, la invasión ha llegado hasta el salón, por ahora jejeje). Y nada. Tres cuartos de hora después, cuando ya estaba desesperada y tenía pensado hacer una tarta salada grande, me acordé de que la última vez que las usé las metí dentro de una cazuela que no uso. Y allí estaban!! Menos mal...
- 50g de avellanas
- 200g de harina de repostería
- 100g de mantequilla fría, cortada en trozos pequeños (necesitaréis un poquito más para untar los moldes)
- 1/2 cucharadita de sal
- 30g de agua fría
- 250g de lombarda limpia cortada en trozos de 4cm
- 100g de cebolla en trozos
- 30g se margarina
- 50g de vino Pedro Ximénez
- 30g de pasas sin semillas
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 pellizco de pimienta molida
- 3 huevos
- 216g de queso fresco (3 tarrinas pequeñas)
- Ponemos en el vaso las avellanas y trituramos 15 segundos, velocidad 10.
- Añadimos los ingredientes restantes. Amasamos 10 segundos, velocidad 6. Retiramos la masa del vaso, la estiramos y forramos con ella nuestros moldes, previamente engrasados con mantequilla. Reservamos en el frigorífico o el congelador.
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Ponemos en el vaso la lombarda y la cebolla. Troceamos 10 segundos, velocidad 4.
- Añadimos la margarina y sofreímos 6 minutos, Varoma, giro a la izquierda, velocidad 1.
- Incorporamos el vino, las pasas, la sal y la pimienta. Rehogamos 2 minutos, Varoma, giro a la izquierda, velocidad 1 (no pondremos el cubilete, de este modo, favorecemos la evaporación del alcohol. Escurrimos y reservamos.
- Ponemos en el vaso los huevos y el queso fresco. Trituramos 15 segundos, velocidad 5.
- Sacamos las tartaletas del frigorífico y distribuimos sobre ellas la lombarda. Cubrimos con la crema de queso y huevos y horneamos 30-40 minutos a 180ºC.
- Desmoldamos y servimos calientes.