Les presento mis tartas preferidas de la isla. En realidad, las más ricas que he probado nunca, ni siquiera en mis viajes he encontrado alguna mejor que las de la Hacienda doña Felicia. Su sabor te convence y su textura te enamora, es como si acariciara tu paladar. Tan deliciosas como quienes te atienden tras el mostrador. Yasmina y Daniel son pareja desde hace 23 años. Ella es de Telde, en Gran Canaria, y él es de Madrid. Ella trabajó durante años en el mundo del periodismo. Él tenía un negocio de artes gráficas. Les encantaba vivir en la capital del país, pero el ritmo de vida de la gran ciudad acabó saturándolos. Deseaban una vida más tranquila, más conectada con la naturaleza y alejada del estrés. Soñaban con vivir en Gran Canaria y montar un negocio juntos haciendo algo que les encantara. Ambos disfrutan de la comida y de cocinar para otros. Curiosamente, aunque tengan un obrador de tartas, aseguran que son más de salado. Les costó incluso dar con una tarta para su boda porque no encontraban una que les gustara. Yasmina comenzó a apuntarse a cursos de repostería y preparar tartas en casa para cumpleaños de amigos. Sentía la inquietud de elaborarlas lo más sanas posible, con ingredientes ecológicos y con menos azúcar. Resultó que se le daba genial y que eso le hacía feliz. En 2014 finalmente se mudaron a la isla, pero no fue hasta dos años después cuando hicieron realidad su sueño, en agosto de 2016. En La Garita, en un pequeño local algo escondido arrancaron su obrador de repostería natural. El nombre del local es un homenaje a la abuela de Yasmina llamada Felicia. Una mujer, asegura su nieta, fuerte, sabia, alegre, disfrutona y muy golosa. Desde su pequeño negocio defienden el consumo local. Utilizan frutas y verduras de agricultores ecológicos de la isla.