El té blanco o té del emperador (también se le llama así) se trata de un té que brota en las montañas chinas de Fu-jian, a 6.000 metros de altitud. Se produce a escala muy limitada en China y en Sri Lanka y son necesarios más de 90.000 brotes para obtener 250 g de té blanco.
Desde la Dinastía Song (420 AC), este té especial fue reservado a los emperadores de China. Se decía que poseía propiedades “mágicas” porque promovía la inmortalidad, rejuvenecía y sanaba por lo que era considerado una especie de elixir (remedio considerado maravilloso) escaso y muy preciado. Si cualquier otra persona de clase inferior intentaba apropiarse de un poco de té blanco, lo pagaba con su vida. Todavía hoy es una exquisitez. Sólo se recolecta uno o dos días al año, normalmente en primavera, y en unas condiciones un tanto particulares. (Por eso os digo que no todos los “tés blancos” que veáis por ahí, corresponden a un té blanco de verdadera calidad).
Pero eso no es todo, otros beneficios del té blanco son:
Acelera el metabolismo, ayudando a quemar calorías y favoreciendo la reducción de grasa corporal de una forma más rápida.
Ayuda a bajar el colesterol y los triglicéridos en sangre.
Facilita la digestión de los alimentos grasos. Mejora los procesos y secreciones digestivas
Tiene efecto depurativo. Actúa como diurético, estimulando y mejorando la eliminación de líquidos.
Mejora el tránsito intestinal.
Estimula las defensas y previene infecciones.
Ayuda a combatir la fatiga.
Besos desde mi blog!!