¿Te mereces una resonancia magnética?

Por Emilienko

Seguro que conocen a alguien que padece de mareos, que se lleva quejando años de los mismos y que parece que ningún médico es capaz de curar. Y seguramente proteste porque todos esos médicos le han asegurado de que "no era nada".
-¿Cómo que no es nada? ¡Algo será cuando yo antes no me mareaba y ahora sí!
En realidad, cuando un médico dice que un mareo "no es nada" no quiere decir que no sea nada, sino que no es nada potencialmente grave. En otras palabras, que no es un tumor cerebral ni nada por el estilo.
¿Y cómo sabe el médico que no es un tumor cerebral? Normalmente por la historia del paciente. Una abuelita de ochenta y tantos años que lleva veinte años con los mareos que ni mejoran ni empeoran tiene pocas papeletas. Un joven de veintipocos que se marea y además ha perdido audición y trae la cara torcida necesitará una atención preferente.
Pero la historia no lo es todo, y aquí llega el quid de la cuestión. La última palabra la tiene la resonancia magnética.
Para descartar enfermedades graves que causan mareos, cada vez se solicitan más resonancias magnéticas. Afortunadamente, la gran mayoría de ellas vienen informadas como normales. Pero, ¿qué paciente es el candidato para pedirle una resonancia?
Evidentemente, en nuestro sistema no es posible solicitar una para todos los pacientes con mareos; al menos, a día de hoy. Nuestra abuelita anterior seguramente se habría ido de la consulta sin una resonancia. Pero aunque su caso no parece para nada sospechoso de una enfermedad cerebral grave, pocos otorrinolaringólogos pondrán la mano en el fuego afirmando que no tiene nada. Más de uno recordará alguna historia de un "no es nada" que con el tiempo acabó siendo un neurinoma del acústico, un tumor benigno del nervio vestibular.
-¿Entonces es realmente para preocuparse el tener mareos?
No es para preocuparse, pero es para ocuparse. No hay que crear alarma social. Uno tiene que ocuparse de sus mareos y consultarlos con su médico de cabecera, que está muy entrenado en estas enfermedades. Cuando éste sospeche o dude, derivará al otorrinolaringólogo que hará las pruebas que crea convenientes en función del caso.
-Pero si el otorrino no solicita una resonancia nunca estará seguro de que no sea nada grave.
Es cierto, nunca estará seguro al 100%, pero sí tendrá un grado de certeza bastante alto.
-¿Cómo de alto?
Bastante alto; pero no sabemos exactamente cuánto. El tema es complejo. Por un lado, la mayor concienciación de la existencia de patología cerebral y por otro lado el miedo a una denuncia por un diagnóstico tardío han aumentado el número de resonancias solicitadas. En el extremo opuesto, sabemos que si pedimos resonancias magnéticas a los casos mínimamente sospechosos, son tantos que la lista de espera de la resonancia magnética aumentará considerablemente y, por tanto, no podremos otorgar un diagnóstico y un tratamiento precoz a quien realmente lo necesita.
La decisión final de qué mareo es candidato a resonancia y cuál no no está completamente clara. No nos quedará otra para los próximos años que revisar la literatura para crear una guía basada en la evidencia que indique con precisión los criterios de solicitud de esta prueba diagnóstica.