Té oolong del jardín secreto

Por Teonline

Hubo una época en la que el té Oolong, más bien sus hojas, sólo podían ser tocadas por el emperador de china. El resto de personas que de forma restringida tenían paso al jardín secreto, sólo podían tocar las hojas del té rojo con guantes.

Aunque hoy la figura del emperador ha sido reemplazada por altos cargos del partido, la entrada a estos jardines sigue estando restringida, pero las plantaciones de té verde y té rojo sigue estando activa. Antiguamente la exportación del té que se producía en el jardín secreto estaba totalmente prohibida y su contrabando castigado con la muerte. Aún así hubo quienes arriesgaron sus vidas para sacar un té rojo que sólo se podía consumir en China.

Desde la época del jardín secreto hasta nuestros días el método para la recolección y fermentación de las hojas de té rojo ha seguido siendo el mismo. Las hojas del té Oolong se recogen más tarde que las del resto de variedades de té y se secan de forma directa ante el sol. Tras un primer proceso de secado se meten las hojas en cestos de bambú y se agitan para que estas rompan el borde de sus hojas. Se ponen de nuevo a secar al sol hasta que adquieren un tono amarillo.

Hasta que las sustancias químicas de las hojas de té Oolong no entran en contacto con el oxígeno, las hojas no adquieren el tono rojizo por el que se le conoce al té Oolong como té rojo.

Dentro del té rojo también hay variedades entre las que encontramos el té oolong superior, el imperial, orquídea y un largo etcétera, cada cual con sus propiedades.

El té rojo tiene un alto contenido en cafeína, sobre todo en la primera taza que ingerimos al preparar un té. Sin embargo, si queremos disfrutar de una taza de té pero se ha hecho tarde para ingerir cafeína y correr el riesgo de perder el sueño, lo mejor es que al hacer la infusión de té rojo lo dejemos reposar durante al memos 10 minutos. De esta forma la cafeína habrá perdido presencia pero el resto de minerales seguirá ahí para aportarte sus beneficios.