Tenemos un buen sistema de salud, pero para mejorarlo necesitamos tecnología

Por Jguerra

En el marco de la sanción de la ley sobre Recetas Electrónicas o Digitales, Innova Salud Digital dialogó con el Dr. Ignacio Aladro, formado en Neurología y desde hace varios años dedicado a la tecnología y economía de la salud. Su vasta trayectoria incluye haber sido parte de tres Ministerios de Salud: Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires y Nación. Actualmente, es VP de Desarrollo de Negocios en Osana Salud Digital.

¿Cuál es su rol en Osana?

Coordino la factibilidad de proyectos en términos clínicos, técnicos y de negocio, con el objetivo de ofrecer una solución que sea idónea para nuestros clientes y para nosotros. Cuando digo negocio no hablo solo de lo privado, también de lo público porque tiene que tener una buena administración del negocio. No hay que olvidarse que siempre hay un proceso y alguien que lo financia. 

¿Qué es Osana y qué servicios ofrece? 

Para responder primero tendría que hacer una breve recapitulación. El desarrollo de Sistemas de Información en Argentina tiene unos 20 años, y los primeros sistemas se crearon para la gestión intrahospitalaria. Por una cuestión lógica, al principio se avanzó por una capa administrativa, para ordenar múltiples procesos. Luego se progresó en la segunda capa, la clínica, que es en la que operan los profesionales de la salud. Pero faltaba una tercera, que es la de los pacientes. 

El 99% de nuestras vidas transcurre fuera del ámbito hospitalario y es en ese marco que en Osana sentíamos que faltaba el desarrollo de esta tercera capa, a partir de canales digitales. Era necesario tener un WhatsApp, aplicaciones y una web responsive, pero en una única plataforma que permita administrar de forma sincronizada todas las necesidades.

Vemos que las instituciones están empezando a generar portales que resuelven algunas cosas, pero la experiencia es muy fragmentada. Nosotros desarrollamos una plataforma que aglutina todos esos componentes, administra los canales y ofrece una mejor solución a los pacientes. A la vez que permite una mayor administración del negocio.

Entonces ustedes vendrían a satisfacer a los Health Consumer…  

Me gusta ese término. A veces, se tiende a ver el aspecto negativo por su origen en los Estados Unidos, que tiene un modelo sanitario del que no soy para nada fanático. Me siento mucho más cómodo con un modelo español, canadiense o inglés.

Me gusta abordar el concepto desde la perspectiva que al consumidor, al cliente, hay que tratarlo bien. En el sistema de salud, muchas veces, nos olvidamos que el paciente es una persona que vive una experiencia. Osana, está de ese lado, el de entender la relación entre paciente e institución. 

¿Qué opinás de la sanción de la ley de Recetas Electrónicas o Digitales y cómo crees que impacta en su rubro? 

Celebro la sanción de este tipo de leyes. Siempre digo que hay dos cuestiones que promueven las transformaciones: una son los vectores económicos y la otra los normativos. A través de las leyes se pueden hacer modificaciones que tengan un impacto verdadero. 


De todas formas, me da la sensación que todavía estamos en deuda. En Argentina, aún no existe una ley de Sistemas de Información, también faltan leyes mucho más integrales a nivel de salud. No hay una ley orgánica de salud, que organice a todo el sistema. 

Pero volviendo a la ley de Recetas Electrónicas, destaco la sanción, también para que se regulen ciertas cuestiones que estaban sucediendo, como procesos de prescripción digital que ya existían. Pero obviamente faltaba esa triangulación para dar tranquilidad a los distintos actores; al que prescribe, representado por la institución prestadora, o el profesional en sí mismo, al financiador, que es el que termina haciendo ese proceso de autorización última, que siempre obviamente hay que tenerlo dentro de la mesa, porque es el que termina diciendo “bueno, este fármaco lo voy a pagar con el descuento correspondiente o no”, y lo mismo ocurre con farmacias y laboratorios, como otra parte de ese tridente.

En cuanto al impacto, desde nuestra perspectiva fue beneficioso, porque promovemos el intercambio de documentos digitales. Osana, nace con un concepto de decir “Yo quiero favorecer los procesos digitales a través de la creación de una plataforma de canales digitales” y cuanto más flujo hay mejor. Para nosotros es mucho mejor que tanto la orden médica como la prescripción de la receta sean digitales, nos fortalece porque nos da volumen. 

¿Qué beneficios le trae a los pacientes, específicamente, la sanción de esta ley? 

Mejora la adherencia a los tratamientos, nosotros transcurrimos la vida como pacientes en el marco de un estado asintomático, muchas veces, si tenemos suerte, sin ninguna patología por detrás. 

Sin embargo, con el curso de los años, nos van llegando las patologías crónicas. Hipertensión, diabetes, son dos de las típicas que tienen un periodo de lo que se llama silente largo. Con algo de fortuna, se encuentra y podés controlarlo, reduciendo así el riesgo de daño de órgano. Pero, yo tenía una regla de las guías de neurología: del 100% de los pacientes que tienen hipertensión, el 70% lo sabe, 50% se trata y 30% lo hace adecuadamente. Cuando vas a la lógica de adherencia de medicamentos, te encontrás que en términos de patologías oncológicas es de las más altas, obviamente en el marco del cáncer todos nos cuidamos bastante, pero cuando uno se va a patologías crónicas como puede ser las que nombré, más el EPOC o el asma eso se reduce al 50%.

Es decir, hay muchas personas que podrían estar en un estado más sano y, sin embargo, no logran la adherencia, ¿por qué? Hay un montón de aristas, la cuestión socioeconómica es una, cómo está armado el tratamiento es otra, porque no es lo mismo tener que tomar tres píldoras al día que una, o una al mes. No es solo el mal trago de decir “che, no consigo una receta" y es así como termina impactando a una persona que frente a la posibilidad de tener daño renal de acá a ocho años, lo tiene en cuatro.

Este tipo de sanciones, y la tecnología en sí misma, vienen a transformar algunos paradigmas que nosotros vemos como un poquito más fríos, más lejanos y sin embargo son de impacto directo. A mí me tocó participar de los primeros proyectos de implementación de Historia clínica, en donde la discusión que se daba, muchas veces en el marco de los establecimientos del centro de atención primaria de hospitales y demás, era “¿Cómo vamos a comprar computadoras si, por ahí, nos está faltando tal medicamento?” y nos olvidábamos que la computadora no era algo frío y lejano, propio de una institución desacoplada para las necesidades. No, era la herramienta que nos podía llegar a hacer desarrollar un sistema que acerque la medicación al paciente. Con el desarrollo de las tecnologías y con este tipo de normativas, ya lo estamos viendo concretamente. 

Siempre digo que Argentina, tiene a mi modo de ver, un buen sistema de salud. Es muy fuerte en la parte de internación, pero tiene grandes barreras en todo lo que es el espacio de consulta ambulatoria, que es donde uno va acompañando al paciente, para que su patología se postergue y que su bienestar permanezca. Creo que, para poder mejorarlo necesitamos tecnología y visiones de regulaciones normativas integrales. 

Dr. Ignacio Aladro

Leído en INNOVA