El tratamiento farmacológico es necesario, pero no es suficiente. Se ha comprobado que un 75% de los pacientes que sufren artrosis mejoran con un tratamiento conservador (terapia física, terapia ocupacional y terapias alternativas).
La terapia física tiene por objetivo disminuir la inflamación y controlar el dolor; fortalecer la musculatura circundante a la articulación afectada con un programa de ejercicios diseñados específicamente a las necesidades de cada paciente y finalmente brindar las recomendaciones para el cuidado postural y ergonomía articular (el ahorro de energía en el desarrollo de sus distintas actividades) que se deben de tener en cuenta para mantener su buen estado de salud y calidad de vida.
Terapeuta Físico en Bamboo