Teranga: refundación

Por Jgomezp24


He pasado una semana de trabajo en Senegal y he vuelto con dos palabras en la cabeza, dos ideas que se quedan conmigo para siempre: volver a casa y “teranga”. Volver a casa no sólo porque, hace miles de años, todos salimos de África, sino también por la teranga de la gente que te acoge. Teranga, en wolof (una de las lenguas mayoritarias del país), es capacidad de acoger a quien llega; teranga es hospitalidad, la sonrisa cómplice en los labios; teranga es la mano siempre abierta y el apretón siempre generoso. Teranga es algo que aquí, en este civilizado país que es el nuestro, hemos olvidado con rapidez: casas abiertas, corazones abiertos, mentes preparadas para recibir al visitante. Teranga: importa más dar que recibir.

“Teranga” me ha parecido la mejor palabra para describir con brevedad el futuro de este cuaderno y para daros la bienvenida en él de nuevo. El cuaderno será bilingüe a partir de ahora. Cuando escriba un texto en catalán, publicaré también mi traducción al castellano en pocos días. No me gustan los traductores automáticos y prefiero hacer yo el doble esfuerzo. Cuando el post sea en castellano, así se quedará. Siento que ya ha pasado el tiempo de escribir un post cada dos o tres días. Voy a escribir menos y, en la medida de lo posible, voy a escribir con más cuidado, más reposadamente y, sobre todo, con mejores fotografías. Creo en la fuerza de la gran fotografía, bien compaginada y con un texto alusivo que me permita hablar de lo que más me gusta: los vinos y sus comidas. No cierro, con todo, la posibilidad de escribir de vez en cuando sobre otras cosas que me pasen. Por suerte, nadie ha comprado este cuaderno y ¡sigo siendo su responsable editorial único!

Utilizaré, por ahora, los trabajos de tres grandes fotógrafos: Sole Felloza (su foto de la blanca Navidad, con el sol naciente que empieza a fundir la nieve, me sirve de metáfora!), Vicent Dancer y Marcelo Isarrualde. A veces habrá incorporaciones necesarias por el tema (la foto central de este post, pongamos por caso). Os presento al último colaborador fijo del blog: Marcelo es artista, es sensible y fotografía de todo, aunque las lentejas se las gane con la foto gastronómica: sensibilidad y calidad. A partir de hoy no voy a hablar de ninguna botella recibida. No se trata de que haya tenido malas experiencias y sigo agradeciendo la confianza que me han mostrado no pocos productores. Pero creo que si quiero hablar con absoluta libertad y sin ataduras sentimentales, tengo que hacerlo sobre botellas y comidas que haya pagado siempre yo. Sólo voy a escribir, con respeto y absoluta libertad, sin presiones (por mucho que fueran autoimpuestas), de lo que me parezca mejor (¡o peor!) y sólo cuando me apetezca hacerlo.
Cuando me parezca, comentaré también noticias de actualidad u ofreceré información sobre convocatorias que sean de interés. Por ejemplo, si fuera ahora, criticaría con dureza las afirmaciones de Carlos Delgado sobre el propietario de Vallegarcía, en El País Viajero de 2.1.10 y la conclusión que extrae: “Alfonso Cortina sabe y goza del vino, luego Alfonso Cortina tenía que hacer vino". Pasión y conocimiento por el vino los hay en muchas personas. Personas, en cambio, que tengan los dineros de Cortina, hay bien pocas. ¡Por eso hace vino, caramba! Nuevos tiempos para mí, nuevas obligaciones, nuevas pautas también. Hoy me es imposible comentar cosas en todos los blogs que sigo considerando interesantes. Prefiero decirlo de entrada antes que parecer maleducado o falto de interés. Cuando empecé el cuaderno tenía muchas horas libres, para formarme en esta pasión del vino, para leer de todo, para escribir doquier. Las cosas han cambiado en el último año y ya no puedo hacerlo. Pero no he perdido el deseo de la escritura: hacer que las cosas que me pasan y vivo tengan una traducción en palabras, me sigue gustando. Intentaré, como pedía Camblor, ser más breve cuando hable de vinos o de comidas, ir a la esencia de mis pensamientos y sentimientos y capturar el momento preciso de la belleza que las cosas me provocan: expresar mi punto de vista, no el tópico. Si algún día consigo ser un poco Bashô en la prosa breve, seré feliz.
Bienvenidos, pues, a vuestra casa, bienvenidos a esta nueva etapa del cuaderno: ¡que la podamos disfrutar juntos mucho tiempo! Quiero que haya más cambios estéticos (¡ya llegarán!), pero los que afectan a contenidos, resumidos quedan en esta entrada.
La primera foto es de Sole Felloza. La tercera, de Marcelo Isarrualde. La segunda, la he tomado prestada de un atractivo blog que acabo de descubrir: Sevilla-Dakar. Es una bonita alusión al futuro, este niño!