Una nueva investigación muestra que la terapia génica puede tener efectos duraderos en las células inmunitarias de los pacientes con VIH – un signo prometedor – a pesar de que el tratamiento específico que está siendo estudiado no erradica el virus.
Este enfoque es una de varias estrategias de terapia génica que están siendo investigadas por los científicos como las posibles formas de evitar que el virus del sida se propague en la sangre.
En este caso, las personas fueron tratadas por la terapia génica y nada malo sucedió. Fue seguro.
Además, las células inmunes tratadas lograron mantenerse cerca de una década. El cuadro general que emerge sobre las alteraciones genéticas en las células inmunológicas humanas es que estas pueden persistir por mucho tiempo si se hace bien.
Los investigadores han estado explorando la terapia génica – en el que las células del cuerpo están genéticamente modificadas – como un posible tratamiento para la infección con el VIH, el virus que causa el SIDA. La idea es que la terapia podría ofrecer una alternativa permanente a medicamentos costosos que vienen con efectos secundarios potencialmente incapacitantes.
El estudio analizó 43 pacientes VIH-positivos. Entre 1998 y 2002, los investigadores tomaron sangre de los pacientes, la modificaron genéticamente, y la inyectaron de nuevo en ellos.
El plan consistía en programar las células inmunes conocidas como células T para matar las células de VIH.
Hasta 11 años más tarde, los investigadores encontraron que los 43 pacientes estaban sanos, y 41 aún tenían células T modificadas en sus cuerpos.