La Terapia Gestalt Online ofrece en estos momentos de confinamiento por el Covid-19, la posibilidad de seguir co-creando entre terapeuta y paciente nuevas formas de encuentro.
La Terapia Gestalt Online ofrece una posibilidad de realizar sesiones con la ayuda de la tecnología y de un modo distinto al de la terapia clásica, pero no necesariamente peor.
Terapia Gestalt Online
De pronto, la humanidad se ha visto sumida en una situación sanitaria de emergencia, una crisis sin precedentes que ha puesto a prueba la capacidad de resiliencia y de adaptación de todos y cada uno de los pobladores del planeta.
Como terapeuta Gestalt, reconozco que desde los inicios de mi ejercicio profesional, he mantenido una postura de reticencia ante las terapias online, decantándome exclusivamente por las sesiones presenciales. No obstante, ocasionalmente, y por un motivo puntual y muy excepcional (un paciente que tenía que guardar reposo por una fractura, y una paciente que tuvo que trasladar temporalmente su residencia a otro país), accedí a realizar alguna sesión no presencial como me solicitaron. Reconozco que la experiencia me hizo reconsiderar mi rechazo inicial al comprobar el inmenso beneficio que esas sesiones les reportaron a ambos en un momento conflictivo de sus vidas.
He querido dejar constancia de esta postura en base a mi creencia que de que cambiar de opinión en un momento, dado puede ser un modo de avanzar sin abandonar nuestras esencias. Es por ello que, aunque sigo considerando que las sesiones online deben dejarse para casos excepcionales y no son una alternativa de igual a igual a una sesión presencial, me he decidido a escribir este artículo por el motivo excepcional que vivimos y del que dejo constancia a continuación.
Nada será igual después de la actual pandemia, y es seguro que se producirán cambios debidos al impacto sociocultural que afectará a nuestro modo de relacionarnos.
Atravesamos tiempos difíciles debido a la pandemia provocada por el Covid-19, y la batalla contra el virus no finalizará cuando se levante la cuarentena y se nos permita salir de casa, pues durante bastante tiempo habrá que mantener muchas de las normas de distanciamiento social.
Una consecuencia del confinamiento es que tanto los pacientes que llevan una terapia como los terapeutas que ejercen en el ámbito privado, han tenido que interrumpir las sesiones ante la imposibilidad de realizarlas presencialmente. Esta imprevisible circunstancia ha propiciado la proliferación de las sesiones de terapia online como sustitución a las presenciales.
Además, se añade la alta probabilidad de que el fin del confinamiento sea paulatino y no algo que nos permita hacer vida normal de la noche a la mañana. Así, al principio, sólo podrán salir de sus domicilios los pacientes que corran menos peligro mientras que los pertenecientes a ciertos grupos de riesgo permanecerán en cuarentena, pues el coronavirus seguirá en el ambiente creando incertidumbre y miedo al contagio hasta que se disponga de un tratamiento específico y una vacuna como sucede con la gripe, una infección similar que aunque fuera letal en el pasado, ahora convivimos con ella con relativa facilidad en su brotes epidémicos anuales.
Nada será igual después de la actual pandemia, y es seguro que se producirán cambios debidos al impacto sociocultural que afectará a nuestro modo de relacionarnos y repercutirá en la forma de saludarnos, de acudir a lugares donde se junten muchas personas, eventos, espectáculos, salas de espera, etc.
¿Qué tiene todo esto que ver con las sesiones de terapia online y la relación entre terapeuta y paciente?
Tiene que ver y mucho, porque muchas consultas de psicoterapia han tenido que cerrar sus puertas durante el confinamiento, y es muy probable que cuando se les permita abrir, muchos pacientes se mostrarán mas partidarios de un terapia online porque la prevención y el miedo al contagio por el Covid-19 seguirá en el ambiente aunque se vayan flexibilizando las medidas de aislamiento social.
Y ahí es donde entra en juego la terapia online como una alternativa a la terapia clásica o presencial. La terapia online ofrece una posibilidad de realizar sesiones con la ayuda de la tecnología y de un modo distinto al de la terapia clásica, pero no necesariamente peor, o al menos siempre mejor que lo que supondría que alguien abandonara una terapia o no la iniciará jamás.
Es normal que la terapia online genere dudas y reticencias a muchos profesionales y pacientes acostumbrados a comunicarse presencialmente. Ya he dicho al principio que a mi me sucedió durante mucho tiempo. También es normal que estas reservas aparezcan más en personas mayores o poco familiarizadas con las nuevas tecnologías, y por tanto más partidarias de contacto real con el terapeuta y no a través de una pantalla, así como en personas que vivan en un entorno doméstico de espacio reducido que no les garantice la privacidad necesaria para mantener una sesión. Pero la práctica demuestra que estos óbices siempre se minimizan conforme tienen lugar las primeras sesiones y lo desconocido se convierte en familiar.
Son muchas las ocasiones en las que un paciente recurre a una llamada telefónica a su terapeuta para resolver un conflicto y consigue aliviar su angustia aunque el contacto no haya sido presencial sino a través de la voz. Pues bien, del mismo modo, en determinados procesos proclives a que la terapia online sea exitosa, una vez establecido el vínculo terapéutico lo habitual es que desaparezcan las predisposiciones en contra a la virtualidad del contacto y el porcentaje de éxitos sea similar al de las sesiones clásicas. No obstante, matizaré que no todos los problemas emocionales son proclives a ser abordados de un modo no presencial, aunque afortunadamente un elevado porcentaje de las patologías más frecuentes en la práctica, como son la ansiedad o la depresión, pueden abordarse perfectamente por esta vía.
La condición sine qua non para que una terapia sea efectiva —tanto online como presencial—, es que se establezca una eficaz interrelación entre el terapeuta y quien solicita su ayuda profesional. Gracias a los avances tecnológicos, esta relación o vínculo terapéutico puede surgir a través de una pantalla igual que lo hace con la terapia presencial debido a que en la terapia online se cuenta con dos elementos de importancia capital como son el lenguaje verbal (lo que se dice y se escucha) y el no verbal (gestualidad, actitud corporal) del mismo modo que sucede con la presencial.
Para propiciar la comunicación entre el terapeuta y el paciente, soslayando el hándicap de la virtualidad, es necesario que la sesión se desarrolle en un ambiente relajado, cálido, sin sobresaltos, sin interrupciones y, propicio para que el paciente se sienta inmerso en un clima de confianza, seguridad e intimidad. Si esto se consigue, pronto se disiparán las diferencias entre una sesión virtual y una sesión presencial, aunque es obvio que nunca serán iguales.
¿Cuándo es conveniente y cuando no la Terapia Gestalt online?
Al igual que sucede con las distintas corrientes psicológicas, que no todas encajan con todo tipo de patologías y pacientes (los hay que eligen la terapia cognitivo-conductual, mientras otros se decantan por la cercanía que les ofrecen las terapias humanistas o bien las sistémicas), también la modalidad de las sesiones virtuales tiene sus propias características que, al igual que sucede con las distintas tendencias terapéuticas, funcionarán mejor o peor según con que tipo de paciente o que tipo de patología estemos trabajando.
Ventajas de la Terapia Gestalt online
- La principal ventaja de la terapia online es que el terapeuta y el paciente pueden mantener sesiones y establecer un vínculo terapéutico, independientemente de aquellos hándicaps que imposibiliten un contacto físico, bien sea por la distancia o por las circunstancias que no permitan el desplazamiento.
- La terapia online es extremadamente útil en los casos en que la terapia ya lleva tiempo en marcha pero tiene que interrumpirse por un cambio de residencia o por situaciones excepcionales que imposibilitan el desplazamiento.
- Otra ventaja es la prevención primaria que supone el poder abordar a tiempo aquellos casos clínicos que necesitan de atención psicoterapéutica, pero existe una negativa del paciente para acudir a un profesional si tuviera que hacerlo de un modo presencial.
No conveniencia de la Terapia Gestalt online
Pero también hay situaciones en las que no es recomendable la terapia virtual como:
- En el caso de psicopatologías psiquiátricas severas o trastornos profundos. En estos casos es preferible contactar con un profesional médico.
- Tampoco es aconsejable cuando existe una merma que afecte a la comunicación visual o auditiva del paciente ya que en estos casos puede distorsionarse la sintomatología y surgir problemas de tipo diagnóstico inherentes a las dificultades de comunicación en y con el paciente.
- No está tampoco indicada la terapia online en el manejo de crisis a no ser que por razones de fuerza mayor, sea imposible otro modo de comunicarse con un profesional.
¿Cómo llevar a cabo una sesión online?
- Es necesario que el paciente esté solo, en un lugar cómodo, libre de ruidos y a puerta cerrada a fin de preservar su intimidad y evitar la interferencia de las personas de su entorno. No debe haber nadie más que el paciente y el terapeuta
- El terapeuta deberá mantener una iluminación adecuada —preferiblemente frontal— para que se perciba su rostro con nitidez y sin sombras.
- Antes de la sesión hay que comprobar que el encuadre de la imagen permita al paciente visualizar la cara, torso, brazos y manos del terapeuta.
- El ordenador o tableta tendrá que colocarse sobre una superficie estable y con la angulación de la cámara al nivel de los ojos para facilitar el contacto visual.
- Tras establecerse una conexión segura (vía Skype, Face Time…) el terapeuta deberá propiciar una relación estrecha, fluida y próxima con el paciente, a fin de hacerle sentir que está entendiendo sus necesidades, sus problemas, sus miedos y, en suma, las manifestaciones a través de las cuales muestre sus trastornos emocionales del mismo modo que sucede en una sesión presencial.
- Es imprescindible que paciente y terapeuta tengan a mano un teléfono durante la sesión para comunicarse entre ellos si un problema técnico interrumpiera la comunicación.
Consideraciones finales
De pronto, la humanidad se ha visto sumida en una situación sanitaria de emergencia, una crisis sin precedentes que ha puesto a prueba la capacidad de resiliencia y de adaptación de todos y cada uno de los pobladores del planeta.
El confinamiento consiguiente a la cuarentena del Covid-19 ha roto de cuajo nuestras rutinas y ha desestabilizado bruscamente la seguridad en la que creíamos vivir, iniciándose un proceso de cambio que augura consecuencias imprevisibles tanto en lo social, lo cultural y lo económico, circunstancias que repercutirán sin duda en la salud mental de la población.
Es en este contexto donde las psicoterapias virtuales (y en concreto la online) han cobrado una especial importancia al aportar la posibilidad de que puedan seguir en terapia aquellos pacientes que la interrumpieron por un aislamiento en sus domicilios que jamás se había conocido en el curso de la historia.
El objetivo de la Terapia Gestalt Online no pretende más que mantener el vínculo entre el paciente y su terapeuta acercándolos a través de las tecnologías actuales.
No obstante y, a pesar de lo novedoso que pueda parecer este tipo de hacer terapia, no es nada novedoso, pues ya se utilizaba hace muchas décadas (antes de que existiera internet) a través de las llamadas terapias telefónicas a las que algunos aun recurren como complemento de la terapia tradicional y, también como una alternativa dirigida personas que por circunstancias personales les resulta difícil el desplazamiento a una consulta, o aquellos que jamás acudirían a un profesional para hablar de su conflictos más íntimos pero sí que accederán a hacerlo con la tranquilidad que les confiere el anonimato de no estar cara a cara y hablar sólo por teléfono.
Consideremos a la Terapia Gestalt online como una terapia real ya que el contacto que facilita entre el terapeuta y el paciente es real, si bien en estos momentos y circunstancias no tiene lugar en un espacio físico y sí en uno virtual .
Todo esto es lo que denominamos en Terapia Gestalt realizar una adecuado «ajuste creador» que no es sino hacer como podemos con las circunstancias que tenemos. En estos momentos podemos seguir co-creando terapeuta y paciente nuevas formas de encuentro.
Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia
Imagen: Pexels