Hay una famosa frase en este mundo de las bitácoras; una frase que seguramente todos hemos leído alguna vez por ahí y ésta es "un blog se alimenta de comentarios". Bien, pues entre todos vosotros, que leéis y comentáis, habéis alimentado este blog lo suficiente como para que crezca durante tres años. Muchas gracias, de corazón.
Gracias a mis amigos blogueros, comentadores incansables en todas las ocasiones: Ter0n y Cherry.
Gracias a mis amigos de toda la vida, que se han tenido que acabar enterando de lo que me ocurre mediante esta página web: Lulu, Beíca y Elenita.
Gracias a mis compañeros de carrera, que contribuyeron a transformar un lugar horrible como es la facultad de Medicina en un sitio un poco mejor: Fer, Puchupo, Oidun, Danipleguezuelo, Ruth, Elessarjuan, Rocioalma, eltiodelsaco y Menelwen.
Gracias a mis compañeros de hospital, que no se ríen de mí a pesar de este extraño hobbie: Rafa, Teresa y al Dr. Ordoñez.
Gracias a mis amigos alamederos, que me ayudaron a integrarme en las redes sociales: Jorge, Guille, José Luis, Simón y muchos otros; y especialmente a Nono, que me abrió las puertas del Evento Blog.
Gracias a los blogueros sanitarios, por ayudarme a creer en la fuerza de nuestro colectivo: Vicente Baos, la doctora Jomeini, los chicos de Synaptica, Aitor Guitarte, Javithink, Ramón y todos los demás hasta sumar los 250 blogs médicos se que han recopilado hace unos días en Somosmedicina.
Gracias a otros médicos residentes de España con blog, por demostrarme que no estoy solo, como Bellatrix y Bego. Gracias a los blogueros premédicos, a Anna, a Blackzack, y a Ulukai.
Gracias a los que aún creen que la blogosfera puede servir para transmitir arte y no sólo ciencia y dinero: Angelurri, Beltrán Laguna, Salva y Soñadora Compulsiva.
Gracias también a los que me leéis y no me firmáis, que no os conozco, pero que sé que estáis por ahí.
Gracias a mi madre. Y perdón a todos los que me he olvidado en el camino.
Concretamente este año, quiero darle las gracias a alguien muy especial. No sé si es un hombre o una mujer; no sé si es joven o si es mayor, no sé si es sanitario o se dedica a cualquier otra cosa; pero el caso es que el pasado 9 de diciembre me dejó un comentario muy hiriente en una entrada; un comentario que me ha sido el que más me ha hecho reflexionar desde que comencé a contar mi vida por internet.
Yo escribía acerca de los motivos banales de consulta de urgencias, ridiculizándolos en broma. Este lector se sintió decepcionado por la poca empatía que había demostrado en el post hacia mis pacientes. El comentario se puede leer aquí.
Desde que leí el comentario, me di cuenta de que al escribir lo que pienso para que lo leyera quien quisiese, me exponía a ser juzgado por cualquiera. Y me di cuenta de que, lejos de que esto supusiese un inconveniente, el blog me permitiría aprender de las cosas malas de mi mismo y de ser menos ciego acerca de mi propia vida.
Foto: Hace ya muchos años, yo también cumplía tres y me manchaba mi camiseta de Venecia con tarta de chocolate. Ese día también me llamaron la atención.