The wailing: el miedo a lo extraño

Por Androsmalv

                                                  "El que teme es un esclavo."
                                                                                   SénecaEl director surcoreano Na Hong -jin, con tres largometrajes en su haber y varios premios en su corta carrera, ha demostrado, que los géneros cinematográficos están para ser alterados y manipulados como lo viene a hacer en su último trabajo The Wailing (El extraño), mezcla inestable de terror, humor, thriller y elementos sobrenaturales en una pequeña aldea surcoreana. Guionista de sus películas, donde el fatal destino y la naturaleza errática del hombre, son protagonistas, y con The Wailing, deja en claro, cuales son esos cometidos, cuando en un pequeño pueblo, suceden varios y extraños asesinatos, azotando principalmente la zona rural, las supersticiones, el miedo a lo sobrenatural y la naturaleza tranquila de los policías y habitantes, se empieza a alterar con estos acontecimientos, y con la presencia de un japonés, que se esconde en las profundidades del bosque.

Aunque la premisa de este largometraje parece sencilla, la trama misma se va convirtiendo en un rompecabezas, entre los eventos sobrenaturales, la aparición de un chamán, el japonés y el misticismo entorno a éste, "fantasmas" en pleno día, un asesino en serie y el miedo irracional que se va apoderando del pueblo, donde la maldad, ya no es un ente abstracto, sino que recorre las calles de esta comunidad.The Wailing, que pasa perfectamente del humor al miedo en algunas secuencias, también está implicado en el thriller, lo sobrenatural, se revisita el género de terror del cabello largo y otra serie de elementos -zombies incluídos - que difícilmente puedan catalogar a esta obra, pero que podría conectar con el concepto de maldad, implicado en cada uno de los personajes.


El pulcro y detallado trabajo fotográfico de Hong Kyung-pyo, no sólo se adapta al ambiente tétrico de la obra, sino a esa constante tensión, que se empieza a vivir a mitad de la película,  aún así, el fotógrafo, más que ceñirse al género de terror, opta por un naturalismo totalmente ajeno al género, sino que los mismos elementos de la naturaleza o de la noche o las sombras del bosque, generen la tensión.

Lo mismo se podría decir de la música de Jang Young-gyu,Dalpalan, que sí bien tiene un tono tensionante, son más las secuencias, y el manejo de la cámara, la que produce miedo o alteración, es más un acompañante que refuerza la sensación que se propone. Con el cine surcoreano, principalmente el ligado a los géneros, hay algo bastante logrado en el trabajo de cámara y montaje, que sí bien se desliga del plano/contraplano y cortes rápidos, lo que sucede en el cuadro cinematografico, ya sea en panorámicas o planos más cerrados, tiene el mismo peso dramático y narrativo, sin perder fuerza en la estructura de la obra, y The Wailing, también se adapta a ésto.  Aunque se puede tener un sentido de confusión, y notarse el absurdo en la misma construcción del largometraje, son esas mismas herramientas de pesadilla, sumadas a la tensión, sangre y extrañeza, las que van conformado esta obra, que asusta, no por sus "lugares comunes" del género, sino por su lograda puesta en escena, y sensación perturbadora de horror y fatalismo, que se va construyendo paso a paso, en la evolución de la obra, y en esto sí es muy sólido el guión del surcoreano.

Frente a las actuaciones, cabe destacar a Hwang Jung-min, y de Kwak Do-won, el chamán y el policia, respectivamente, que a la final, se terminan convirtiendo en los puntos inestables de la historia, uno más racional que el otro, pero al fin y al cabo, el que desata la ira y el que se lleva toda la carga de fatalismo y miedo de la obra.

Zoom in: Presentada en Cannes en A Certain RegardMontaje Paralelo: Thirst (2009)