The Walking Dead T2, por fin en la buena línea

Publicado el 18 marzo 2012 por Rawpower
La segunda temporada de The walking dead esta, por fin, corrigiendo muchos de los errores que lastraban el desarrollo y adaptación del famoso cómic creado por Robert Kirkman y Tony Moore. Mañana lunes se emite el último capítulo, y creo que ha llegado el momento de realizar una pequeña valoración, ya que mi percepción de la serie ha variado ostensiblemente desde mi último comentario.Es indudable, por los menos para mí, que la primera temporada adolecía de ritmo y de intención, los creadores habían apostado más por presentar una historia de zombies al uso, antes que en profundizar en las intrincadas y crispadas relaciones del grupo de supervivientes, esta visualización de la historia original restaba mucha potencia dramática y no permitía demasiados lujos interpretativos a los actores implicados en la misma, que perdidos en la poca concreción de las situaciones dejaban entrever, más de lo debido, las carencias de estilo y registro, llegando a momentos verdaderamente hilarantes en algunas secuencias. La segunda temporada se inicio, más o menos, de la misma manera, alternando capítulos bastante buenos con otros que dejaban mucho que desear, sin embargo la renuncia, o despido, de Darabont, sirvió curiosamente de punto de inflexión, y la parada navideña favoreció el dar un giro de 180 grados a la serie. A partir de ese momento los caminantes siguieron siendo la fuente de todos los problemas, pero poco a poco los guionistas fueron endureciendo el tono global, colocaron bombas de relojería en las relaciones e interacción de los protagonistas, dando pie a que la tensión, el ritmo y el mal rollo fueron tomando el timón, variando completamente la rutina de los episodios. Esta acertada decisión es indudablemente el camino por donde ha de transcurrir la serie en el futuro, acercándose cada vez más a las intenciones y propuestas de la obra en papel; la deshumanización del ser humano, el deseo de imponer la ley que a cada uno le interese, los celos y envidias, la poca comunicación, la desorientación, los remordimientos, las decisiones y sus consecuencias, todos estos elementos, puestos con cuentagotas en cada capítulo, van tejiendo una espesa madeja de deprimente mensaje y oscuras maneras, que crean un círculo vicioso donde la amenaza de los zombies queda un poco al margen (sin perder contundencia, eso sí), desvelando un futuro dantesco, sin esperanza, en el cual los supervivientes son tan o más peligrosos que la verdadera amenaza  que los acosa.  Veremos que sorpresas trae el último capitulo y, sobretodo, la próxima temporada; yo por el momento he recuperado las ganas de ponerme delante del televisor cada lunes, y tragarme mi ración zombie habitual. Creo que los responsables de la serie, por fin, han encontrado la manera de convertir las viñetas en imágenes reales, sin abandonar por el camino la verdadera esencia de la obra.Un saludo amigos/as de El Terror Tiene Forma.