Theodore Boone: Joven abogado, de John Grisham

Publicado el 02 enero 2012 por Mientraslees
Montena6 de mayo de 2011
Theodore Boone #1 | 231pp
Theodore Boone tiene 13 años y un sueño: ser abogado como sus padres, dos prestigiosos abogados de Strattenburg. Su pasión por el derecho es tan intensa que conoce la legislación vigente mejor que muchos profesionales, siempre que puede asiste como espectador a los juicios, es amigo de jueces y policías, y desde pequeño está familiarizado con el complejo mundo de las leyes, hasta tal punto que sus compañeros acuden a él siempre que ellos o sus familias se meten en un lío. Estos días anda especialmente emocionado porque está a punto de  celebrarse el juicio más relevante de la historia de Strattenburg: Peter Duffy debe responder por el asesinato a sangre fría de su mujer, ocurrido en su propia casa, a la vera de un campo de golf. Y no es el único, la expectación es enorme, la ciudad entera está pendiente de lo que ocurre en el tribunal. Sin embargo el fiscal no ha logrado armar un caso sólido, sus acusaciones que se imparta justicia.

El nombre de John Grisham, para cualquier amante de la lectura que haya visitado una biblioteca o una librería bien equipada, debe sonar espléndidamente familiar. Y es que este autor es un reputado novelista del género en el que es pionero, el “thriller-jurídico”; está tan acostumbrado a escribir de abogados, tramas jurídicas, tapaderas, testigos que se esfuman, falsos imputados, mafias y demás tejemanejes del mundillo, que su segunda incursión juvenil nace del noble acto de querer hacer llegar el maravilloso universo de las Leyes a los más jóvenes. ¿Estará nuestra tierna adolescencia preparada para lo que nos espera?

Theodore Boone: Joven abogado es la primera parte de una saga juvenil escrita por el célebre John Grisham, como no podía ser de otra manera. El conocido abogado-novelista, ha dedicado su tiempo en contarnos una historia donde enseñar cómo funciona la Ley prima antes de cualquier otro punto en la trama. Es por eso mismo que el argumento central gira en torno a la abogacía, los jueces y sus entresijos más oscuros. Podemos destacar la facilidad del autor para hacernos estos detalles escabrosos entretenidos, amenos e impresionantemente sencillos. Por supuesto, en la vida real estudiar una carrera de Derecho no es cosa de broma, pero Theo está dispuesto a arriesgarse, porque es un personaje que sobresale en todos los sentidos con respecto a sus compañeros de clase: es responsable, es inteligente, es eficaz y sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Realmente, es un chico irreal por lo calculador, frío y lo inteligente que puede ser muchas veces, lo que lo convierte en un personaje original pero que mantiene los estereotipos de los protagonistas de las novelas juveniles-infantiles de aventuras (ejemplos como “La pirámide Roja” o “Oliver Nocturne”). Los demás personajes son meros secundarios que aparecen para facilitar las cosas a nuestro joven abogado, pero me encantaría hacer hincapié en el juez favorito de Theo, un hombre sabio y que impone mucha presencia. Estoy seguro de que el autor basó su imagen en alguien de carne y hueso y, por supuesto, un juez que le inspiró mucho respeto en su momento o que, tal vez, hasta lo guió en sus primeros pasos, tal y como ocurre en esta novela. La acción de la trama aparece casi al instante, y se centra en los indicios que Theo deberá recabar para averiguar quién es realmente el asesino de la señora Duffy. Todo apunta hacia su marido, el señor Peter Duffy, pero tiene una cuartada tan fuerte que ningún fiscal es capaz de destruirla. Como os comentaba, Theo tendrá la clave pero no podrá usarla, así que John Grisham deberá jugar con nuestra imaginación y nos hará unir piezas como en un rompecabezas. La narración del célebre autor no tiene desperdicio: es fluida y fácil de leer, en un principio piensas que costará, teniendo en cuenta el estilo de la trama y los antecedentes de su autor, pero lo cierto es que John sabe cómo hacer su trabajo y sabe que esta novela está dirigida para chicos jóvenes de entre once y quince años que no quiere perder el tiempo leyendo paja y más paja. Va al grano y eso me gusta. Para resumir os hablaré muy claro: lo más destacable de Theodore Boone es un tema original (¿dónde habéis leído de jóvenes abogados? En ningún sitio) y una cuna muy noble: acercar el mundo legal a todos los públicos.

Lamentablemente el autor no se mide y terminamos con una novela muy cliché en algunos aspectos (tirando a la novela de aventuras y detectives), con una trama demasiado fácil para un lector experimentado y un caso bastante flojo como único enganche para seguir leyendo. Adoro las películas de casos de abogados que buscan una pista desesperados, y este era mi primer libro del tema, por lo que he salido un poco decepcionado. El problema es que me esperaba más y John Grisham podría haber dado más. No obstante, se ve que prefirió guardarse sus suculentos casos (más enrevesados y menos obvios) para próximas entregas de Theodore Boone. Tal vez si en esta primera entrega hubiera habido más emoción y pistas falsas, se me habría hecho más intenso y no habría cerrado el libro con un triste mohín. He de advertir que el final puede pecar de superfluo y nos deja un resquemor en el esternón, preguntándonos por qué y para qué ha sido todo si iba a acabar de esa manera.

Concretamente, puede que “Joven abogado” no sea el libro juvenil del año, pero sí es pionero en su género y un gran avance dentro de la literatura juvenil no comercial. Podría haber dado mucho más de sí y habernos aportado un deslumbrante comienzo en una saga que consta, por ahora, de más de tres libros. No ha sido el caso, pero tengo esperanzas de que John Grisham corrija sus errores y apueste más y más duro en la próxima entrega. Si buscáis un libro simplemente entretenido y que salga de lo tópico, podéis contar con una buena dosis justo aquí, en “Theodore Boone: Joven abogado”.

Escritor y abogado estadounidense, John Grisham es conocido por sus novelas superventas de intriga y suspense ambientados en el sistema judicial americano, varias de las cuales han sido llevadas al cine como Tiempo de matar, La tapadera, El informe pelícano o El jurado, entre otras. Grisham estudió en la Universidad de Misisipi y trabajó llevando casos civiles y penales hasta que, tras tres años de preparación, publicó su primera novela, Tiempo de matar (1988). Si bien sus ventas iniciales no fueron grandes, ya con La tapadera (1991) se convertiría en uno de los autores más vendidos del año. Con sus siguientes novelas, Grisham ha rebasado la cifra de 250 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.  [Fuente: Lecturalia]