Yo en eso disiento, hay películas muy muy buenas desterradas de lo bueno por ser de humor encasilladas ya al departamento friki porque hoy en día cuesta mucho saber hacer humor y todo lo que vemos son dramas aburridos perfectamente dirigidos y con unos actorazos de Óscares y Goyas. ¿Qué hay del Jovencito Frankenstein, con Faldas y a lo loco o Aterriza como puedas? Y ojito no me digáis que son antiguallas que el último que me dijo que La vida de Brian era aburrida aún espera que le vuelva a dirigir la palabra. ¿Dios, puede ser más actual y hacerme petar de risa igual?
Seguro que más de uno en pos de ver solo películas con mensaje o de algún director de renombre se han olvidado de lo que se siente estando sentado en la butaca y que las lágrimas te salgan disparadas de los ojos sin contención porque te estás partiendo de risa.
Es como el que es tajante con las nacionalidades de las películas. Ah, no es que yo no veo cine francés, ah, no claro, si ves los films aburridos no pero la comedia francesa es muy buena igual que la italiana y ya no digamos la española que desde los 60 que viene haciéndonos reír con todos los topicazos del país y ahí seguimos tronchándonos de nosotros mismos.
Lo que fomenta este tipo de películas es eso precisamente y, si entras en el juego, ¡son la monda!
Y os diré algo más, este sábado, en lugar de salir hasta las mil destrozándome el hígado y los pies bailando, me quedé en casa viendo esta peli con una copichuela de vino bien fresquita y me lo pasé tremendo. Los vecinos casi tienen que llamar a los mossos de las risotadas que soltaba. Que fue de poco que no me ahogo y tengo que llamar yo misma al 061. ¡En serio, reír es bueno!