Después de la temporada de práctica zen intensa en Ango que se observa los últimos 3 meses del año, y de haber estado en retiro de Rohatsu; ha llegado el tiempo de guardar silencio y contemplar cómo el otoño se convierte en invierno. Son los días del año en los que permanezco sin blog o redes sociales, para sumergirme en alguna novela de ciencia ficción y estar en familia.
La vida nos ha dado todo tipo de experiencias y es necesario tomar una pausa para asimilar, para entender y dejar ir. Si hay una palabra que debe definir este año es GRACIAS… aun habiendo pasado por terremotos o huracanes o situaciones sociales.
Estás aquí, hoy, en este instante. Es lo único que siempre hemos tenido.
Como todos los diciembres desde hace 10 años, este blog se torna hacia la quietud y permanecerá inmóvil por unos días hasta el próximo enero.
Solo queda 1 post más para este año: la invitación a recibir 2018 en zazen. Pronto más detalles.
Así que a celebrar la vida en silencio, compasión y sin excesos. Nos vemos pronto.
Un poco de música para invierno