La experiencia es un grado dicen, por lo que me permito dar unos consejos básicos, de sentido común vamos, (esa facultad que nos ayuda a juzgar razonablemente las cosas y que tan a menudo perdemos en estos momentos de ofertas y promociones) para evitar que las rebajas nos salgan caras.
Comenzamos:
1.- Antes de nada, revisa tu armario, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, seguramente encuentres muchas prendas de las que ni te acordabas, incluso a alguna le cuelgue aún la etiqueta. Así podrás empezar comprando muy muy barato.
2.- Coge el metro y mídete: pecho, cintura y cadera. Apúntate las medidas, por si fuera necesario consultarlas mientras esperas en el puesto vigésimo primero de la cola de cualquier tienda para hacerte con esa minifalda tan bonita de la talla 34. En este caso, y tras comprobar que ni la Virgen de Fátima haría tal milagro, coges los 9,99€ que ibas a gastarte y te vas a tomar unas cañas. ¡Seguramente las disfrutes mucho más!
3.- Una vez revisadas las existencias y reconocida nuestra figura, procedamos a elaborar una pequeña lista de prendas básicas, que nos ayudarán a mantener ese magnífico fondo armario, que tanto necesitamos, en especial, esos días en los que no nos gusta nada de lo que tenemos y ni nos favorece (es cuando una piensa si volvió a entrar en la tienda a comprar después de las cañas del punto 2 y se pregunta ¿Cómo pude comprarme esto?).
4.- NO hace falta que hagas ninguna lista de caprichos, ¡aparecerán! ya verás (aumentarán las posibilidades llegados al punto 10).
5- Seamos realistas y fijemos un presupuesto. Siempre viene bien para cumplirlo o incumplirlo.
6.- Conviértete en un ser solitario. No hay nada como ir cada un@ a lo suyo. Céntrate en en ti y en tus necesidades. Aunque hay excepciones: amig@s como tú, a las que te encuentras en los probadores. ¡Cuenta con ellas!
7.- Pasa por los probadores, todas las veces que sean necesarias y todo el tiempo que necesites. Ah, y no olvides llevarte varias tallas de esa prenda que tanto te gusta. Puede quedarte mejor algo más amplia.
8.- El ticket es sagrado. Grápalo a la etiqueta nada más llegar a casa, así te evitarás más de un disgusto.
9.- Márcate un tiempo de devolución. Si en dos semanas, no has abierto la bolsa de aquella tarde de compras, piensa en devolver todo su contenido. Definitivamente, ni lo necesitabas tanto como pensaste aquel día, ni te gustaba tanto como habías imaginado.
10.- No olvides que existen las segundas rebajas.