La idea del amor romántico que tenemos grabada a fuego en nuestro subconsciente, lleva implícito ciertas características que nos proporcionan una relación sosegada que promociona el apego y el vínculo afectivo a largo plazo. Pero, en ocasiones, el largo plazo no es suficiente, o es demasiado plazo! y ahí aparece la alarma ante una vida estable, premeditable y desprovista de andanzas excitantes.
El ser humano es contradictorio en general, y en las relaciones afectivas en particular : necesita estabilidad emocional, y al mismo tiempo, busca la conquista, la reafirmación personal a través de la seducción, descubrir otras formas de amar… Y ante esta necesidad aparecieron los ávidos empresarios ofreciendo infinidad de portales de internet para saciar la demanda de sexo clandestino.
Internet, un trampolín hacia la infidelidad
Podemos afirmar que hoy en día existe más infidelidad porque hay más herramientas que nos facilitan el encuentro. La gran cantidad de páginas webs donde hombres y mujeres contactan para flirtear o tener encuentros sexuales, proporcionan discreción, intimidad pero también mentira y falsedad.
La mayoría de relaciones extraconyugales empiezan en la red, es todo un mercado de oferta y demanda de sexo sin compromiso y de coqueteo sin ataduras y desde casa.
¿Qué lleva a una persona a engañar a su pareja?
Una gran mayoría de personas, sobre todo los hombres, manifiestan que el motivo de la infidelidad es por vivir una experiencia diferente, para romper con la rutina y hacer algo atrevido. Para algunos de ellos este tipo de situaciones les ayuda a afianzarse en su autoestima e incluso recuperar la libido perdida. Por el contrario, las mujeres aducen que su infidelidad es para volver a encender la llama de su vida matrimonial e incluso salvar su relación de pareja descubriendo que lo que tienen en casa es mejor que lo que encuentran fuera. También es importante destacar que las mujeres buscan algo más que sexo en un amante, sobre todo complicidad, amistad y buena compañía.
Las razones por las que una persona comete infidelidad son muy variadas, pero todas radican en la carencia afectiva emocional arrastrada durante tiempo. Cuando la necesidad de afecto mina la autoestima, buscamos su regeneración a través de otra persona que nos hace sentir más plenos, con más ilusión y nos ayuda a reafirmarnos en nuestro “yo”. Es decir, otra persona comienza a suplir carencias, generando una relación más estrecha que la que tenemos con nuestra propia pareja.
Pero, atención, la infidelidad deja de ser tal cuando el secreto se rompe, es decir, se desvela. En ese momento, la fantasía se desvanece, todo cae por su propio peso. El hechizo se ha roto. Ya nada vuelve a ser igual. Y tú tampoco serás diferente, por tanto, evita repetir siempre la misma historia buscando fuera algo o alguien que te complete y empieza por completarte a ti mismo/a por ti mismo/a.