Alzhéimer y Cancer, ¿Origen común?
Pero, ¿qué tienen en común estas dos enfermedades?
Pedro García Férriz lleva cuarenta años dedicado a la investigación científica y lo explica de la siguiente manera. Para que se produzca el cáncer es necesario, imprescindible, que la membrana celular sea excitada de forma excesiva y constante. Una célula que no es excitada, no puede conducir corriente nerviosa (electricidad). Por tanto, nunca podrá producirse ningún proceso tumoral maligno. La prueba la tenemos en los parapléjicos. Al carecer dichos enfermemos de corriente electromotriz en sus extremidades inferiores, jamás se producirá cáncer en estas partes del organismo, puesto que las neoplasias son siempre producidas por una patología electrobioquímica. En los casos donde la intensidad eléctrica es débil, también es raro que se forme el neoplasma. Así sucede en el corazón, diafragma y yeyuno e íleon. Férriz afirma no conocer aún ningún caso de sarcoma primario en los ventrículos cardíacos, lo que respalda su teoría. En el diafragma, como en las aurículas del corazón, es rara la aparición tumoral, siendo más infrecuente aún en el músculo diafragmático. La rareza de cáncer en el yeyuno e íleon se debe a que las células de Cajal, que son las más abundantes de estas dos regiones intestinales, sólo viven seis días. Éstas son sustituidas inmediatamente por otras nuevas células. Por tanto, no hay tiempo para que se produzcan las distintas fases de excitación, formación y proyección que preceden a todo proceso tumoral. Como vemos, para la formación tumoral es imprescindible la presencia de la corriente eléctrica. En cambio, según el investigador, la enfermedad de Alzheimer se produce por falta de electricidad en el encéfalo, por no podérsela aportar el parasimpático sacro.
Pero, ¿por qué en el parasimpático sacro deja de fluir electricidad? Férriz trata de demostrar que la etiopatogenia de la enfermedad se inicia en los terminales nerviosos de dicho nervio: al no poder nutrirse de las células normales de los parénquimas ováricos y testiculares, el parasimpático sacro no puede conducir electricidad. Por tanto, al no poder recibir la hipófisis y el hipotálamo corriente eléctrica, se produce inevitablemente una patología endocrina que afecta al normal funcionamiento de todo el organismo. Como vemos, Pedro García Férriz trata de demostrar que un exceso de intensidad eléctrica produce determinadas patologías, entre ellas el CÁNCER. En cambio, la ausencia de electricidad puede producir también serias enfermedades, entre ellas el ALZHEIMER. Por tanto, nuestra corriente eléctrica es la que hace de sujeto (por presencia o por ausencia) entre las dos referidas enfermedades. Numerosos trabajos publicados a lo largo de su larga trayectoria investigadora aportan pruebas y conclusiones que avalan su teoría.
Fuente: http://www.noticiascadadia.com