La sensación de estar siempre en la línea que separaba el mundo de otro sitio, le rondaba permanentemente. El mundo real y la existencia de pesadilla de algunas noches, y ella, como nexo de unión, o mas exactamente, como habitante involuntario de aquella tierra de nadie, donde no se era ni lo uno ni lo otro, desde donde no era capaz de sentirse involucrada en ninguno de los dos mundos. Envuelta en la sensación de que el verdadero meollo de la vida se le escapaba por una mera cuestión de ubicación equivocada.
La sensación de estar siempre en la línea que separaba el mundo de otro sitio, le rondaba permanentemente. El mundo real y la existencia de pesadilla de algunas noches, y ella, como nexo de unión, o mas exactamente, como habitante involuntario de aquella tierra de nadie, donde no se era ni lo uno ni lo otro, desde donde no era capaz de sentirse involucrada en ninguno de los dos mundos. Envuelta en la sensación de que el verdadero meollo de la vida se le escapaba por una mera cuestión de ubicación equivocada.