Hace unas semanas una vecina, de la compañera de una vecina de cuando estaba soltera... jajaja... el boca a boca... me llamó para pedirme una toalla de bautizo.
No un pañuelo de bautizo, sino un toalla de lino.
La verdad es que me pilló un poco perdida, pero, me puse a buscar y vi que suelen ser unas toallas hechas de lino, bordadas y con encajes aproximadamente del tamaño de una toalla de bidet.
Me dieron un poco de libertad, lo único que me pedían eran las iniciales del pequeño. Y entre días inspirados y otros menos inspirados... salió esto.
Cuando fui a entregársela a la vecina de una compañera de trabajo de mi vecina de cuando estaba soltera, he de reconocer que iba con un pellizquito por si no era lo que buscaban, pero, quedó encantada. Así que... más feliz que una perdiz.
Buen Miércoles.