El
pan es un elemento energético importante, tiene muy poca grasa y
además es rico en minerales y vitaminas. El pan en realidad no
engorda, lo que si engorda son los aditivos con que lo comemos.
Se dice que el pan tostado, es mucho más sano y además engorda
menos, pero esto no es correcto, según los nutricionistas, el mismo
peso de pan tostado aporta más calorías que si no lo tuestas. La
razón es bien sencilla, al tostarlo eliminas parte del agua y
concentras más los hidratos de carbono o sea que si tomas tostadas
para adelgazar, esta no será la solución. Si consumes pan en
exceso, es normal que aportes un gran número de calorías a tu
cuerpo y que seguramente, en la mayoría de los casos, no se quemarán
y por tanto será un extra de energía en el organismo, lo mismo pasa
con otros carbohidratos si exageras su consumo. El pan integral,
está asociado frecuentemente a dietas hipocalóricas, por lo que se
piensa que engorda menos y ayuda a adelgazar, mientras que el pan
blanco, es la versión más común que queda relegada a causa de este
falso mito. El pan blanco puede ser escogido por nosotros aún
cuando intentamos perder peso, pues en su elaboración clásica, sólo
se utiliza harina, agua, levadura y sal, mientras que para el pan
integral, se utiliza una harina sin refinar que al ser más dura,
requiere el agregado de grasas para conseguir una buena
panificación. El pan es rico de la manera que sea y lo más
importante, una dieta equilibrada permite todo tipo de alimentos, ya
que cada uno aporta su granito de arena para el buen funcionamiento
de nuestro organismo.