Todos tenemos algo que sabemos hacer muy bien, que aprendemos y aplicamos con facilidad. Algo que nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos, algo en lo que creemos que tenemos talento. El problema es que muchos de nosotros, nos pasamos la vida buscando ese algo, tensos e impacientes, algunos casi desesperados, como si encontrarlo fuera la única oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo entero, que merecemos el reconocimiento, el feedback positivo. Además, deseamos tanto oír esas palabras de apreciación y notar esas miradas de estimación, que al perseguirlos, nos olvidamos completamente de nuestros numerosos puntos fuertes y buenas acciones diarias, que tienen mérito también. Pero nosotros mismos los ignoramos o subestimamos demasiado y gracias a ello, nadie se da cuenta de que existen en absoluto o simplemente los ven como si fuera algo natural, que ni siquiera es digno de estar mencionado.
Todos tenemos algo que sabemos hacer muy bien, que aprendemos y aplicamos con facilidad. Algo que nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos, algo en lo que creemos que tenemos talento. El problema es que muchos de nosotros, nos pasamos la vida buscando ese algo, tensos e impacientes, algunos casi desesperados, como si encontrarlo fuera la única oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo entero, que merecemos el reconocimiento, el feedback positivo. Además, deseamos tanto oír esas palabras de apreciación y notar esas miradas de estimación, que al perseguirlos, nos olvidamos completamente de nuestros numerosos puntos fuertes y buenas acciones diarias, que tienen mérito también. Pero nosotros mismos los ignoramos o subestimamos demasiado y gracias a ello, nadie se da cuenta de que existen en absoluto o simplemente los ven como si fuera algo natural, que ni siquiera es digno de estar mencionado.