Si, habéis oído bien... UN ARBOL... Y no hablamos de uno replantado en un macetero, sino más bien, de uno, que reclama compartir espacio en el suelo con los habitantes de esta peculiar vivienda en París, diseñada por el arquitecto de interiores Gregoire De Lafforest
Os pongo en antecedentes... Un pavimento, a base de parquet de madera de roble que entona a la perfección con un mobiliario neutro. Una cocina, integrada en el interior de una estructura metálica propia de un invernadero... Y todo, formando parte del conjunto de un salón-comedor, donde es la LUZ, la que dicta las reglas...
Que levante la mano, aquel/aquella, que no le gustaría vivir aquí y disfrutar a tope de tanta armonía y creatividad juntas...
Por cierto, TEXTILES amarillos + grisesen contraste con paredes blancas y madera... ¡TODO UN ACIERTO! que no hay que perder de vista...
Fuente Fotografías: Mes Caprices Belges e Inside Out