Todos envejecemos

Por Valedeoro @valedeoro

Publicado por valedeoro en 22/04/2011 bajo minimalismo | Sé el primero en comentar

[Esta entrada es parte de una mini-serie sobre el estoicismo romano y cómo aprovechar sus fundamentos para una vida (no sólo) minimalista. No te pierdas los capítulos anteriores sobre principios y técnicas estoicas para una vida más tranquila.]

Siendo jóvenes lo damos todo por hecho. Puedes subir sin problemas los 4 escalones que te llevan al ático más maravilloso de la ciudad, puedes ir en bicicleta a cualquier lugar. La sanidad pública funciona de maravilla cuando no la necesitas y los nuevos dispositivos como el ipad, o nuevos programas que nos imponen en el trabajo se aprenden en un instante. Tenemos nuestra vida y todas sus vertientes bajo control, y pocos nos imaginamos que muy probablemente llegará el día en que ya no seamos capaces de defendernos solos.

¿Cómo y dónde quieres envejecer?

Quizás la pregunta te suene a ejercicio totalmente precipitado o tal vez te lo guardes para tus prácticas de la visualización negativa. Aunque no estamos acostumbrados a pensar en nuestra propia vejez (igual que en nuestra propia muerte), esta llegará un día, y siendo una generación de extremada longevidad y el desgaste que esto significa para el cuerpo, es probable que dependamos de ayuda externa durante los últimos años de nuestra vida. Ninguna alimentación saludable, ejercicio, hábitos saludables pueden asegurarnos que no nos encontraremos con la situación de entrar en una residencia de la tercera edad.

Por supuesto que los estoicos tienen la capacidad de ver lo positivo también en la vejez. Los deseos se apaciguan, la tranquilidad de repente es un bien muy preciado, y como el cuerpo ya no tiene el protagonismo que puede haber tenido durante la juventud, la mente puede llegar a brillar como nunca antes. En cierto modo durante la juventud la apariencia cobra mucha energía, y se hace difícil contemplar la propia muerte y la inestabilidad de las cosas. Pero pasada esta etapa será más fácil concentrarnos en lo que es realmente importante y poner manos a la obra para vivir cada día como si fuera el último. Porque conforme avanza la edad, esta realización es cada día más fácil de entender.

Lo que un(a) minimalista puede aprender de los estoicos

Los estoicos reconocen que con el estoicismo es más fácil de vivir a partir de cierta edad, pero también indican que es mejor aprender a estar contento con lo que tienes desde joven, ya que de esta forma no tendrás que aprender a aceptar tu edad. La filosofía estoica tiene como objetivo una vida en tranquilidad y calma, algo que si es aprendido desde joven, se puede pasar fácilmente a la edad avanzada.

Pero hay otra lección en esta interpretación de la edad de los estoicos: también nos invita a tener más paciencia con las personas mayores que nos rodean y aprender de ellas y con ellas. Cuando la señora de delante en la cola del supermercado necesite 2 minutos para sacar su monedero, recuerda que algún día, tu estarás en la misma situación y estarás orgulloso todavía ser capaz de poder hacer la compra solo. Cuando tu abuela no toma muy en serio tus problemas, no lo hace porque no te entiende, sino porque sabe que eso también pasará. Y si tienes una vecina que se queja día a día de su condición: ofrécete para hacerle la compra, y añade algunos textos de Séneca en la cesta de compra.

PS: Independientemente de tu edad también te aconsejo que empieces ahorrar para tu jubilación. No lo dejes para después. De joven es fácil de vivir con 100 cosas, una vez que el cuerpo se queda frágil agradecerás tener un respaldo financiero que te permita vivir de forma cómoda.

¿Cómo preparas tu jubilación? ¿Piensas en el tema o te parece muy lejano todavía?

Inspirado en capítulo 17 de: “A guide to the good life”, Irvine (2009).

Imagen: OlsenWeb / flickr