Todos tenemos TOC: la historia de Adrián

Por Cristina Lago @CrisMalago

Hace algunas semanas, recibí en el correo de la página un e-mail un poquito diferente que los demás. El autor se llamaba Damián Alcázar y era escritor. Su libro se llamaba Tocados: tú tienes la llave. El tema: la búsqueda existencial de un personaje, Adrián Díaz, para lidiar con un problema muy especial.

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?  Se trata de un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos obsesivos y conductas repetitivas que se rigen bajo unas reglas aparentemente absurdas sin las cuales, el afectado se sume en un mundo de angustias y descontrol emocional que le resulta enormemente pavoroso. Simplificando: ¿recuerdas al personaje de Jack Nicholson en Mejor, imposible? Es el vivo ejemplo de un trastorno obsesivo compulsivo.

No soy especialmente fanática de la literatura de autoayuda. Antes que escritora, soy lectora apasionada y muchos de estos libros me parecen facsímiles que repiten constantemente los mismos mantras en una calidad de prosa bastante cuestionable. Hay excepciones. Ésta es una de ellas.

Tocados es una novela y un pequeño manual de autoayuda. No tiene un gran estilo y literariamente, resulta más bien desaliñada. Es su dolorosa honestidad lo que impacta en su historia. Hay muchas personas que padecen el trastorno obsesivo compulsivo. Pero hay otras personas que no lo padecen y sin embargo, viven atormentadas por la ansiedad y la angustia. A lo mejor no lo disfrazan con manías, reiteraciones o comportamientos compulsivos. A lo mejor lo disfrazan con otro tipo de evasiones: relaciones amorosas, alcoholismo, drogas, tabaco, sexo…¿te suena?

La historia de Adrián es la historia de todos aquellos que viven con miedo a vivir. El autor vierte su propia biografía en gran parte de la novela, detallando con angustiosa exactitud los rituales que el protagonista debe mantener para no precipitarse en el abismo. El verdadero valor de Tocados no está en sus frases, sino en la autenticidad que transmite y que nos recuerda que todos somos unos extraños hasta que el dolor y el miedo nos descubre compartiendo ese vacío que nos convierte en hermanos.

Tocado o no, Adrián es cualquier persona creyendo que su enfermedad son las manifestaciones externas de unas heridas tan profundas que sólo el dolor sin disfraces es capaz de exorcizar. Su testimonio, por personal, único e intransferible conecta con esa rareza inherente que todos llamamos nuestras taras, nuestras neuras o nuestros demonios y que en fondo, no es más que nuestro niño herido pidiendo ser atendido y escuchado, no rechazado e ignorado.

Damián Alcolea, desde su historia, aboga por el camino de la autosanación, más allá del soporte que puede dar la medicina convencional a un problema que es esencialmente emocional. Su libro es como encontrarse y compartir un poquito del camino con otro viajero solitario en busca de su sentido.

Sus logros personales, avances y reflexiones, que también son las del protagonista de su novela, se encuentran en una pequeña parte en su blog Diario de un TOC. Por demás, recomiendo la lectura de su novela-guía a todos aquellos que os encontréis (nos encontremos) en el proceso de despertar que conlleva enfrentarse a los propios fantasmas. Sea cual sea la neurosis que hayas escogido para huir del dolor, nada de lo que cuenta Tocados, te resultará extraño.

Mi agradecimiento al autor desde aquí por darme a conocer su libro y por su esfuerzo y valentía al compartir la intimidad de su mundo. Leer la historia de Adrián me ha devuelto a la realidad de que en este mundo estamos ante todo para sentir y expresarnos. Un abrazo muy fuerte y ¡que siga el viaje!