Parece que a veces tomar una decisión se vuelve un “imposible”. Algunas personas me dicen: “no puedo tomar decisiones” y yo siempre les digo que eso no es cierto.
Si reflexionamos un momento cómo es nuestro día a día, nos daremos cuenta que estamos tomando decisiones continuamente, desde que decidimos levantarnos de la cama cuando suena el despertador (o apagarlo y seguir durmiendo), pasando por la elección de los platos que vamos a cocinar o comer, hasta que decidimos que ya es hora de irnos a dormir.
El bloqueo, el “no puedo”, se traduce por “decido no hacer aquello que quiero o necesito”. Pongamos un ejemplo práctico para explicarlo:
A Ana no le gusta su trabajo. Tiene ante sí la posibilidad de dejárselo y se activan los procesos que he mencionado antes:
Valoración: “No me siento realizada y me aburro en el trabajo”
Etiquetado: “Este trabajo no es para mí”
Necesidad de cambio: “Quiero dejarme el trabajo”
Evaluación de consecuencias: “Si me dejo el trabajo…”
1) Puede ser que no encuentre otro trabajo pronto
2) Puede pasar que me llamen de algún trabajo que tampoco me guste
3) Puede ocurrir que tenga suerte y encuentre algo de lo mío
4) Puede que me arrepienta
… las consecuencias son infinitas…
Acción: Ana tiene varias opciones de acción ante sí
- Puede acceder a dejarse su actual empleo y dejar su currículum en distintos sitios.
- Puede empezar por buscar otro trabajo y cuando lo consiga, dejarse el actual.
- Puede quedarse en la misma situación en la que está “en este trabajo y a disgusto”.
Como veis, la última opción descrita también es una elección. Entra dentro del proceso de toma de decisiones y aún así, Ana podría pensar que si se queda con su trabajo no está tomando una decisión.
El bloqueo entonces, es la elección de quedarnos como estamos. Decidir NO CAMBIAR, aunque pensemos que necesitamos hacerlo.
Cuando deseamos un cambio o sentimos dicha necesidad, si ésta no se cumple nos sentimos mal. Pero nos sentimos mal con nosotros mismos, que finalmente somos los ejecutores de la acción.
¿Cómo podemos enfocar la disyuntiva de manera diferente?
Nadie me puede asegurar tomar la decisión correcta, porque ésta no existe. No hay buenas o malas decisiones sino consecuencias resultantes de las mismas. Circunstancias que nos satisfacen más que antes… o que no lo hacen.
Los cambios a veces dan miedo y no siempre son sencillos de ejecutar; sobre todo cuando lo que dejamos ha sido importante para nosotros. Pero debemos procurar aferrarnos al presente, que es el momento que en realidad experimentamos (el pasado es recuerdo y el futuro imaginación).
Si mi presente no me gusta algo tengo que hacer AHORA para cambiarlo. Y el bloqueo sólo me llevará a mantenerme como estoy.
El post Tomar decisiones: la sensación de bloqueo aparecio primero en La sala de Espera. WebPsicólogos.