El análisis de los últimos trabajos científicos en este ámbito mostró que la exposición regular a la luz solar ejerce un efecto anticancerígeno porque potencia la producción de la vitamina D en la piel. Y los ensayos de laboratorio evidencian que las células de la mama pueden convertir la vitanima D en una hormona de propiedades anticancerígenas.
Los científicos canadienses compararon el estado de salud de 3.101 mujeres que padecen cáncer de mama con el de 3.471 mujeres sanas. A todas las participantes del experimento les preguntaron cuánto tiempo habían pasado al aire libre en el período de abril a octubre (época con más horas de luz solar en el hemisferio norte) durante su adolescencia, de los 20 a los 40 años, de los 40 a los 60, y a partir de los 60 años.