Amor a primera vista es lo que ha sentido el diseñador Ion Fiz con una de las piezas emblemáticas de la repostería francesa, los macarrons. Inspirada en la delicadeza de sus texturas y la suavidad de sus tonos pastel, la periodista Raquel Sánchez Silva abría, en blanco inmaculado, un desfile que prometía, cargado de texturas y volúmenes. Vestidos de exterior acorazado, vivo y colorista, rellenos de suaves capas en tonos cremosos, prendas en sastrería estructurada que abrazan otras más livianas y con movimiento. Volúmenes, asimetíras y geometrías, satenes, pliegues y movimiento. Líneas rectas que no oprimen el cuerpo con detalles arquitectónicos en mangas y solapas, en tejidos naturales que van de la seda al agodón y el ante; la gasa-satén , el lino-seda junto con el hilo egipcio calado y el ante de gramaje muy fino. Los colores candy comenzaron por el crema-vainilla para terminar en el lavanda y el azul nuage, junto con el amarillo, verde agua y lady pink con toques metalizados y destalles negros.
Los complementos también mezclaban las texturas, en silky, ante y espejos en coloes pastel coordinados y altísimos tacones.
GUILLERMINA BAEZA
La colección de Guillermina Baeza para la próxima primavera 2011 es la pura imagen de la delicadeza y la feminidad. El Cannes de finales de los 50 y principios de los 60 se convierte en fuente de inspiración de Chercher la femme, una colección que desoprende sensualidad en cada paso.
Con un marcado espíritu retro, la diseñadora recupera el corte balconeé en sujetadores con aro y relleno que realzan el pecho en su máximo esplendor. Los drapeados también ocupan un lugar preferente en bikinis y bañadores, recuperando los culottes y el escote palabra de honor.
En la paleta de color hemos podido ver malvas, verdes agua, rosa y morado y la gama de colores empolvados que combinan con el crudo y el blanco. El negro y el coral irrumpen con fuerza en una colección que resalta las formas y el tono de piel femenino.
Cuadros vichy y madrás, drapeados en lycra, perlas, lazos, bordados, aplicaciones de cristal, estampados de flores y originales medios pareos completan una colección que utiliza materiales como el deborado sobre algodón, la lycra, el popelín, las organzas elásticas y las microfibras.
JUANA MARTÍN La diseñadora cordobesa se inspira en el Capri de finales de los 50 para presentar una colección llamada "Lepidóptera".
La Dolce Vita se refleja en bañadores de cortes retros y acabados clásicos, con los que comenzó un desfile en el que los tonos rosas, dorados y violetas acompañan prendas de cinturas marcadas y cortes lenceros. Las estampaciones de mariposas y acuarelas conviven con apliques metálicos en forma de arandela, que conforman el look de una mujer renovada y libre.
Los materiales juegan con sedas naturales, tules y tejidos tecnológicos que simulan el papel arrugado, en prendas de líneas amplias, faldas de corte princesa con aires de la época dorada del New Look, además de grandes volúmenes que se enroscan en forma de flor. Pantalones capri o en versión más ancha, monos, faldas y vestidos de diversos largos, trajes dos piezas o vestidos que se ajustan, combinados en negro y rosa pusieron el broche final de la colección.