Comer buen pan, (y cuando digo buen pan significa pan hecho como lo hacían nuestros abuelos), es un auténtico lujo al alcance de todos. Cada vez más se están recuperando panaderías en las que se elabora el pan “como el de antes”, con ingredientes de primerísima calidad, horneados muchas veces bajo un tradicional y consagrado método artesano que quitan el sentido del que los prueba.
Los amantes del buen pan (entre los que me incluyo) solemos frecuentar estas panaderías, ya que son una opulencia para la vista y un verdadero placer para los demás sentidos. Más de 300 variedades de pan (algunas con gran tradición y propias de determinadas regiones de la península, otras originarias de algunos lugares en Europa, y como no, el pan de autor).
Todas estas panaderías han recuperado los orígenes del pan, olvidándose de la levadura industrial dejando que la masa fermente naturalmente. Con ingredientes de primera calidad trabajados con mimo y esmero consiguen que degustar su pan sea todo un placer!!!
Para los que no podáis ir a comprar el pan a diario y queráis conservar el pan en casa en óptimas condiciones durante unos días, os aconsejo que consultéis en la panadería, ya que os aconsejarán la mejor manera de conservarlo en función del tipo de pan que hayáis comprado. ¿Sabíais que el pan envejece en cuanto empieza a enfriarse? ¿Y que para conservar la corteza dura nunca debemos envolverlo en una bolsa de plástico? Una de las maneras que más me suele gustar y me funciona bastante bien es manteniéndolo envuelto en un trapo de algodón sobre una panera de mimbre.
¿Sabíais que con el pan que nos sobra en casa podemos preparar desde picatostes con crema de queso hasta pudín de chocolate y canela? ¿Y que la miga del pan de ayer se puede rallar y obtener fritura de pan rallado, pan rallado de limón para empanar aves y pescados o pan rallado de hierbas provenzales para condimentar la pasta?
Rallarlo, freírlo, tostarlo o incluso preparar platos especiales … El pan de ayer tiene muchos más usos de los que imaginamos. Con el pan se pueden preparar desde sopas, postres, pizzas o salsas.
Pizza sin pizza, caramelizado de manzanas y canela o la sopa de chocolate son algunas de las recetas que me han cautivado…
A pesar de que en el libro Xavier Barriga nos presenta su propuesta para preparar unas deliciosas torrijas, os paso la receta variante de la receta tradicional que solemos preparar en casa (bueno, que suele preparar mi madre…) :
TORRIJAS DE PAN:
8 rebanadas de pan del día anterior
1/2 litro de leche
2 huevos
Aceite de oliva (para freír)
3 cucharadas de azúcar
Canela
Ralladura de limón (opcional)
Pasos:
Ponemos en una cacerola la leche, el azúcar, la canela y el limón y lo calentamos al fuego. Lo retiramos del fuego y lo tapamos para que la leche absorba bien los olores mientras dejamos enfriar la leche. (Gemmi-truqui: mi madre siempre le suele poner unas gotitas de anís dulce, para aromatizar y darle un toque más dulce a la receta).
Retiramos la canela y colamos la leche (si hemos puesto la ralladura de limón) y vertemos la leche en un plato hondo.
Vamos empapando las rebanadas de pan sin que se deshagan, (podemos dejarlas un ratito para que se empapen bien) se sacan y se ponen en una fuente con papel absorbente para que se escurran.
Se pasan los trozos de pan por los huevos batidos y las freímos hasta que adquieran un bonito color dorado por ambos lados.
Se retiran del fuego y se vuelven a colocar en papel absorbente para empapen todo el aceite sobrante.
Se colocan en una fuente y se espolvorean con canela molida, azúcar o miel. Si os apetece las podéis adornar con mermelada de naranja, grosella o fresa. Las torrijas se pueden servir frías o calientes. Estoy segura que serán un buen postre o un desayuno excelente!!!!
Besos desde mi blog!!!
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