Tortas de aceite de Inés Rosales

Por Lacajita

Finas, crujientes y adictivas, las tortas de aceite y anís forman parte de nuestros recuerdos de infancia, de los de nuestras madres y abuelas y de nuestros hijos. Envueltas en papel parafinado como hace más de cien años, las seguimos encontrando en las estantarías de todos los supermercados españoles, pero la historia de estas tortas la podemos encontrar en Inés Rosales:
La historia de Inés Rosales comienza en Castilleja de la Cuesta, pequeño pueblo del Al-Xaraf (Jardín Alto) sevillano. Corría el año 1910. Una mujer, Inés Rosales Cabello, saca  de la cocina hogareña y del viejo recetario familiar un producto, la Torta de Aceite, cuya formulación se hunde en el mestizaje de las tres culturas que conforman la identidad de nuestra tierra. 
Con la ayuda de mujeres de la localidad comenzó a vender sus tortas una a una en el cruce de caminos de La Pañoleta y en la antigua estación de trenes de Sevilla, transportándolas en canastos de mimbre. Desde estos dos puntos estratégicos los viajeros se las llevan a sus lugares de destino y en poco tiempo se fueron extendiendo por toda España dando lugar a “Las Legítimas y Acreditadas Tortas de Aceite de Inés Rosales”. Es el nacimiento del primer producto manufacturado de pastelería que se comercializa fuera de su propio obrador.

No hace mucho, en una escapada a Sevilla pasé por el local y en ese momento pensé en prepararlas, pero no ha sido hasta que las chicas de Bake the World nos lo propusieron cuando metí las manos en la masa.
Ingredientes:

  • 540 gr. de harina de fuerza
  • 150 gr. de aceite de oliva virgen extra
  • 30 gr. de levadura fresca de panadero 
  • 210 gr. de agua
  • 60 gr. de licor de anís
  • 30 gr. de sésamo
  • 15 gr. de mataluva o anís verde
  • Ralladura de 1/2 limón
  • 60 gr. de azúcar
  • Una pizca de sal

Elaboración:
Templamos el aceite y lo mezclamos con el anís verde y la la ralladura de limón. Podemos hacerlo en la Thermomix durante 4 minutos a velocidad 2 y 100º, o podemos hacerlo en el microondas.

Ponemos en un bol y agregamos el agua mezclada con la levadura, removemos. En la Thermix sería 4 segudos a velocidad 3-4. 
  Añadimos el anís, azúcar, harina, sal y semillas de sésamo y movemos bien con una espátula, o si lo estamos haciendo en la Thermomix programamos 4 minutos velocidad espiga.

Colocamos en un bol y tapamos bien, dejandolo fuera de corrientes. Yo lo meto en el horno apagado para evitarlas. Esperamos a que doble el volumen.

Precalentamos el horno a 240º y mientras vamos preparando pequeñas porciones de masa que vamos a aplastar bien con el rodillo. Algunas las he cortado con un aro de emplatar para conseguir una forma más uniforme, pero la masa es muy elástica y no es necesario. Eso a vuestro gusto. 
Pasamos por azúcar una de las dos caras y colocamos en la bandeja del horno sobre papel de hornear y las dejamos cocer durante 8 minutos aproximadamente. ¡Ojo! vigilarlas que se hacen rápido y cada horno es un mundo.

Las sacamos y ya no nos podemos resistir a ellas, tanto si son en frío como recientitas, están de vicio.

Salen muchas, pero las que no comamos se pueden conservar en una lata o caja de galletas durante muchos días.
Igual que en casa de la abuela.

Bon appétit
Fuente: La Juani de Ana Sevilla