150 gr de azúcar / 50 ml de leche
200 gr de aceite / 1 sobre de levadura
300 gr de harina
Chocolate, canela (opcionales)
Elaboración1.- Cascamos los huevos y los batimos
2.- Agregamos el azúcar y de nuevo batimos bien.
3.- Después ponemos el aceite de oliva e integramos y, posteriormente, la leche.
4.- Es el momento de poner los elementos sólidos, la harina y la levadura.
5.- Mezclamos bien todos los ingredientes, y eliminamos todos los grumos. Dejamos reposar unos 15 minutos. Yo he les he puesto, también, un poco de canela y chocolate rallado.
6.- La masa está lista, es el momento de hornear. Con una cucharada vamos poniendo masa en la bandeja del horno. El horno lo habremos precalentado a 200º.
7.- En 12 o 15 minutos tendremos listas nuestras tortas. Hemos de vigilarlas y cuando estén doraditas las vamos sacando y las ponemos en una rejilla a enfriar. En la misma rejilla, si queremos, podemos bañarlas en chocolate.
No había hecho nunca estas tortas y me intrigaban muchísimo. Esta mañana cuando me levanté, lo primero que hice fue ver si tenía todos los ingredientes, y....PERFECTO, tenía de todo. Ya sólo me quedaba decirle a mi nieto que las hiciera conmigo y.... se puso contentísimo. Entre los dos hemos fabricado estas tortas de cuchara!
Están buenísimas, me recuerdan un poco a las tortas de Alcazar, que mi madre me compraba de pequeña a la salida del colegio, pero he estado mirando la receta de estas tortas y no son los mismos ingredientes, aunque como os digo, su sabor es muy parecido. La receta la he tomado del blog: Para mi peque con amor , un gran blog, no sólo de cocina, también de manualidades, actividades con niños.... un blog de vivencias, muy bonito, os animo a que lo visitéis.
No he hecho toda la masa en forma de tortas, porque salen muchísimas, con el resto hemos horneado una tarta, pero eso.... os lo contaré otro día.
Esta ha sido una receta puente . Si, ya os explico que quiere decir eso: como os he dicho esta receta me lleva a mi infancia, a mi madre, a la alegría que me daba verla por las tardes entre todas las demás mamás, a ese sabor de las tortas, y a esas carreras a la salida del colegio; y por otro lado, he disfrutado muchísimo con mi nieto haciéndolas. Ha estado batiendo los huevos, cascándolos primero, poniendo el azúcar, la harina... se ha emocionado cuando las ha visto crecer en el horno.... Los dos, hemos llegado a la conclusión de que la cocina es magia y amor! Tener conversaciones con él es de lo más estimulante y enriquecedor, porque él hace que yo, día a día, esté en guardia y no me quede atrás. Y es maravilloso ver como va creciendo, como va aprendiendo.... el otro día me dijo lo que era una 'onomatopeya' y cuando le escuché.... di unas GRACIAS enormes a la vida, porque, sin duda, Ismael es un gran regalo de la vida.
No lo he dicho, pero a Ismael le han encantado las tortas. Saqué una caja para guardarlas y que no se pusieran duras, y, definitivamente, duras no se van a poner, sólo quedan 4, entre todos nos las hemos zampado.
Y si, hoy, y aunque ya la haya puesto, os dejo una canción de Dani Martín, 'Qué bonita la vida'. Ismael hace que la vida, aún sea más linda.