Simplemente se trata de una tortilla con relleno y acompañada de una salsa con cebolla pero bueno hay que reconocer que el nombre del plato atrae más así. ¿La sorpresa? Pues son unos rossinyols o rebozuelos frescos, cuatro mal contados y se me ocurrió “engalanárselos” así . Evidentemente se puede hacer con otras setas, o con un par de champiñones que tengamos “abandonados” en la nevera.
Una vez limpias las setas saltearlas en una sartén con un poco de aceite, salar, cuando hayan absorbido la poca agua que sueltan añadirles 1 c/s de cebolla frita. Reservar.
Batir los huevos, salar y en la misma sartén cuajar una tortilla solo por un lado (tapamos la sartén y con el calor se cuece por el otro) Reservar.
En la misma sartén ponemos el resto de la cebolla frita, añadimos la leche evaporada y dejamos reducir hasta que adquiera la consistencia de una salsa.
Montamos el plato y para ello en la tortilla plana ponemos en el centro las setas reservadas, lo envolvemos como un paquete atándolo con el cebollino, servimos acompañado de la salsa de cebolla y por encima ponemos la cebolla fritas deshidratada.
NOTA: habéis notado que solo se ensucia una sartén y un par de platos, más limpio casi imposible. ** La cebolla frita ya os he comentado en más de una ocasión que la venden comercializada en latas pequeñas, siempre viene bien tener alguna en la despensa. ** La cebolla frita deshidratada no se donde se puede encontrar, yo la adquirí en la tienda de alimentación de Ikea. ** ¿Setas? La variedad que tengáis. Lo admite todo. C/s= cucharada sopera
Celíacos: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.