Toyota MR2 W20 – Definición de peso/potencia

Por Alberto @Freshimports

Alguna vez habéis pensado, como decía Colin Chapman, en ¿”No multiplicar la potencia, sino dividir el peso”? Pues en eso pensaron los ingenieros nipones al diseñar el Toyota MR2.

Toyota MR2, el “3S-GE” en posición trasera para una mayor diversión

¿Sois de ese pensamiento también? En cuanto se nombran características que afectan a los rendimientos de un coche, los más puristas se concentran para exprimir al máximo, aligerar gramo a gramo para mejorar esta relación de peso potencia. Os decimos esto porque el MR2 W20 en menos de 900kg aloja en su parte posterior un propulsor 2.0 de 160cv, todo esto en 1990. ¿Buenos datos?

Este coche lo hemos podido ver tanto en la Supra meet & Others, como en la Concentración de Clásicos en Lliça d’Amunt. Es un modelo que no deja indiferente a nadie.

La estética es muy noventera, combina líneas curvas con formas rectas muy marcadas, por eso quizás es el modelo de Toyota MR2 que más suele gustar.

El coche está repintado en negro, ya que fue el deseo de su dueño, Germán, y a su vez se le incorporaron unas llantas Lenso, que le dan una personalidad única a este deportivo de motor central nipón, con techo targa. Único en su especie.

Es cierto que a los amantes de lo retro, los faros escamoteables son un puntazo, ya que actualmente no hay coches que los monten, y cuando los montaban eran modelos muy selectos los que lo hacían. ¿Recordáis desde el Miata, hasta el Ferrari F40, pasando por el Volvo 480?

Este Toyota MR2 pisa en contadas veces la calle, ya que es el capricho de la casa, y se nota, el cuidado que lleva encima este coche, con todo el interior original a excepción del volante de madera Momo, que le da un toque muy retro.

Cabe decir que es el el primer modelo del Toyota MR2 W20 que salió al mercado. Esta carrocería tan versátil da pie a hacer réplicas de supercoches como Lamborghini o Ferrari, cosa que incluso, ni extraña viendo la apariencia tan deportiva que tiene este pequeño japonés.

Sin duda la esencia de un coche construido con un propósito; correr como el viento viéndose favorecido por su ligereza y la potencia de su propulsor trasero, un vehículo con un equilibrio notable.