Directivos que pasaron unos meses trabajando en proyectos humanitarios en países en desarrollo adquirieron de sus experiencias habilidades, sensibilidades y conocimientos que les ayudan a desarrollar mejor sus trabajos como directivos. El contacto directo con la pobreza y la vida en estos países provoco una transformación en el estilo de gestión de los directivos y ayudaba a mejorar sus habilidades de liderazgo. Nicola Pless y Thomas Maak, profesores de Esade, descubrieron que el 80% de los directivos participantes en el estudio mejoraron en inteligencia emocional, empatía, flexibilidad y sociabilidad. El estudio fue publicado publicado en el Journal Academy of Management Learning and Education .
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Los directivos que viven experiencia en el tercer mundo mejoran su inteligencia emocional