Transgénicos en el supermercado

Por Jmmulet

Leyendo los comentarios al artículo que escribí hace un tiempo sobre molecular pharming me di cuenta que tanto entre los indiferentes como entre los detractores del uso de transgénicos es frecuente pensar que los supermercados están llenos de alimentos transgénicos. Sin ir más lejos nuestra ministra de Agricultura Rosa Aguilar cae en el mismo error. La verdad es que los transgénicos están muy presentes en nuestra vida cotidiana, pero no en alimentación.
En Europa solo se autoriza el cultivo del maíz Bt y de la patata Amflora. La patata no cuenta, por que es una variedad de uso industrial destinada a fabricar papel. Por ley cualquier alimento elaborado con maíz transgénico debe ir conveniente etiquetado, algo que asusta a los fabricantes. De hecho España es el principal productor europeo de maíz transgénico, pero este se dedica principalmente a la producción de piensos, que se exportan a países que han prohibido la siembra del maíz Bt como Francia.
¿Eso quiere decir que no haya transgénicos en el súper? No tan deprisa.
Una peculiaridad de la ley es que es muy restrictiva respecto a que variedades se pueden sembrar, pero es absolutamente tolerante respecto a la importación de productos derivados. Por ejemplo, en la India, en Australia y en Pakistán se cultiva el algodón Bollard, de Monsanto, resistente al gusano rojo, algodón que importamos, para desgracia de los algodoneros andaluces, que tienen que soportar impotentes como el gusano rojo arrasa sus cosechas y no les permiten plantar variedades tolerantes (pero si comprarlo a terceros paises). De momento ya tenemos que gran parte del algodón es de origen transgénico, esto quiere decir que la ropa, billetes de euro, compresas, tampones y material sanitario es transgénico (o sea, que hay transgénicos en el súper, pero no en alimentación).
No se acaba aquí la cosa. Si en algún producto aparece la palabra enzima esta se habrá producido por ingeniería genética, lo que dicho sea de paso, es muy beneficioso para el medio ambiente. En los detergentes utilizamos enzimas (proteasas) que toleran altas temperaturas. Estos enzimas provienen de bacterias que vivían en fuentes hidrotermales del parque de Yellowstone, en Estados Unidos. Si dependiéramos de este recurso, arrasaríamos el parque, pero una alternativa es coger el gen que nos interesa, meterlo en una bacteria fácil de crecer en el laboratorio como E. coli y cultivarlo in vitro, sin perjudicar al medio ambiente, lo que nos permite, además no tener que renunciar a detergentes más efectivos.

Fuente hidrotermal en yellowstone. De aquí se sacaron las enzimas para los detergentes

También son de origen transgénico las proteasas de se utilizan en la solución de lavado de las lentes de contacto, o las celulasas que utiliza la industria textil para darle el toque de lavado a la piedra a los pantalones vaqueros. Muchos medicamentos, como la insulina, el interferón o la hormona del crecimiento también se obtienen metiendo genes de Homo sapiens en bacterias. Que no comas transgénicos (que no, que no los comes) no quiere decir que no se utilicen en alimentación. Las enzimas que se utilizan para tratar zumos o harinas, o las levaduras o bacterias utilizadas para la elaboración de pan, vino, cerveza, queso o yogurt son organismos modificados genéticamente (OGM), pero si en el producto final no aparecen, se toleran y no hay que etiquetarlos.
Dicho esto, me siento en el deber de advertirte de que sí hay algo transgénico que puedes ingerir. Si en alguna pastilla lees esto en el prospecto “excipiente: almidón de maíz c.s.p.” y el laboratorio es americano tienes todos los números para que sea maíz transgénico, ya que al ser un medicamento y no un alimento no está afectado por la obligación de indicar su origen transgénico. Así que como ves, el supermercado está lleno de transgénicos, pero ninguno en la sección de alimentación.
PD: Todo lo que he contado en este post es de aplicación en la Unión Europea. Si viajas posiblemente comas transgénicos. En Estados Unidos no hay obligación de etiquetar, por lo que la mayoría del maíz y la soja para consumo es transgénica. En Vietnam, Camboya, Laos y Hawai el 50% de la papaya que se consume tiene un transgen que le confiere resistencia a un virus. Y en China el proceso de autorización y seguimiento es tan confuso y oscuro como su gobierno, por lo que circulan diferentes variedades de arroz, soja y maíz transgénico, además de ser el principal importador de soja argentina. De hecho las importaciones de alimentos de China están siempre en el punto de mira de los controles de aduana, no solo por el tema de transgénicos. Es muy difícil que un alimento que contenga soja se salte este control, pero no se puede asegurar lo mismo para los derivados de soja (aceite, proteínas, lecitina etc…), ya que si no quedan trazas de ADN es imposible de saber si su origen es transgénico o no.
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