Nancy Brinker, la fundadora y presidenta de Susan G. Komen for the Cure, ganó 417.000 dólares en 2010. En la plantilla de la mayor organización de EEUU contra el cáncer de mama hay 50 ejecutivos con un salario superior a 100.000 dólares anuales. La fundación dedica a actividades de publicidad y promoción 20 millones de dólares, 14 millones de dólares a "gastos de oficina" y la misma cantidad a servicios "profesionales y de consultoría".
Su presupuesto para viajes es de tres millones de dólares. Brinker, con la aprobación del consejo, viaja en primera clase. En total, gasta al menos54 millones de dólares en personal directivo, promoción y otros gastos de estructura (unos 41 millones de euros).
El diario 'The Washington Post' analiza las cuentas una semana después de que se conociera la retirada por Komen de la financiación a 16 de los 19 socios locales de Planned Parenthood, una red de clínicas que ofrecen servicios de interrupción del embarazo, planificación familiar y diagnóstico precoz del cáncer. Tras recibir duras críticas, y una carta firmada por 26 senadores, el pasado viernes Brinker rectificó y revocó la decisión, aprobada el pasado mes de diciembre. La "organización del lazo rosa" afronta la mayor crisis desde su fundación hace 30 años.
"Queremos pedir disculpas al público americano por las decisiones recientes que suscitan dudas sobre nuestro compromiso con la misión de salvar la vida de mujeres", dijo Brinker en un comunicado. Los centros de Planned Parenthood volverán a solicitar financiación a Komen.
Brinker, que creó la fundación tras la muerte de su hermana, asegura que la cancelación se produjo por la investigación que lleva a cabo de Planned Parenthood un miembro del congreso. A finales de 2011, la organización aprobó una norma para retirar la financiación a todas las organizaciones en estas circunstancias.
En la práctica, la medida sólo afectó a Planned Parenthood, pero Brinker ha negado que la cancelación estuviera relacionada con la práctica de abortos. "Hacemos muchas preguntas a las organizaciones que reciben nuestras subvenciones, pero la práctica o no de abortos no es una de ellas", ha dicho.
Los críticos aseguran que la decisión se produjo por las presiones de políticos y grupos antiabortistas (el mismo argumento de quienes rechazan la reanudación de la subvención). La aportación de Komen cubre alrededor del 4,3% de las cuatro millones de exámenes de mama y el 9% de las 70.000 mamografías que las clínicas asociadas a Planned Parenthood han realizado en los últimos cinco años, según datos de Bloomberg.
El debate también es interno. La organización del lazo rosa afronta las críticas (y salidas, en algunos casos) de ejecutivos descontentos con la gestión. También el escrutinio de los medios.
"Algunos antiguos seguidores de Komen no pueden perdonar ni olvidar", reza una información de Associated Press que cita a varios donantes a favor y en contra de la medida. "Komen gasta con generosidad en salarios y promoción", titula 'The Washington Post'.
La mayor parte del presupuesto que gestiona Brinker procede de donaciones, subvenciones, aportaciones de los socios y eventos de recaudación de fondos. La fundación distribuyó en 2010 más 72 millones de dólares a proyectos relacionados con el cáncer de mama(alrededor de 55 millones de euros) en EEUU y otros cuatro millones de dólares en Europa.
Desde que comenzó la polémica, Planned Parenthood ha recibido cuatro millones de dólares a través de donaciones personales. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció una aportación personal de 250.000 dólares, una de las tres mayores que se han conocido.
La subvención que recibe de Komen se destina a un programa de detección precoz del cáncer de mama. La red de clínicas también recibe financiación federal que sólo puede dedicar a programas de prevención. Como ha señalado Brinker, a petición del congresista republicano Cliff Stearns, la red de clínicas tiene que presentar sus registros de la última década para demostrar que no ha utilizado dinero público en sus programa de aborto.
"La esencia de la organización" ha sido emborronada por la disputa en torno a Planned Parenthood, ha dicho Brinker, que en 1991 comenzó a distribuir un lazo rosa entre las participantes de una carrera para la recaudación de fondos contra el cáncer de mama.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/02/06/oncologia/1328556251.html