Hace muchos meses (¡desde enero!) que tenía pendiente esta entrada. Pensaba que ya no la publicaría, pero aquí está, salida del recuerdo. Es de un viaje que realicé al sur de Francia; en concreto, a los alrededores de Prades de Conflent. Algunos de vosotros ya habréis visto algunas imágenes de este viaje porque las publiqué en mi otro blog, Peregrinus. Pero aquí enfocaré los lugares que visitamos de manera histórica y cultural, que es lo que más nos interesa a todos. En un primer momento, la intención de organizar este viaje fue exclusivamente para visitar dos abadías importantísimas que se encuentran a escasos kilómetros de Prades: Sant Miquel de Cuixà y Sant Martí del Canigó. Cuando ya prácticamente tenía toda la excursión organizada, vi que estaban cerradas por inclemencias del tiempo. Y es que claro... ¿a quién se le ocurre irse por allí de visita en enero? Sin desanimarme (ya surgirá la ocasión de volver algún día), planeé una ruta distinta que he titulado Tras los pasos de Sébastien Le Prestre, marqués de Vauban. ¿Sabéis quién fue Sébastien Le Prestre? Conocido como marqués de Vauban, nació en la localidad francesa de Saint-Léger-Vauban en 1633. Su carrera se desarrolló en el campo de la ingeniería militar, llegando a ser mariscal de Francia y principal diseñador de fortificaciones. En 1655 se convirtió en el ingénieur du roi (ingeniero real) de Luis XIV. En esta nueva etapa, no sólo mandó construir fortificaciones, sino que también las conquistó y ayudó al rey a consolidar sus fronteras. Dunkerque, en la actual región de Nord-Pas-de-Calais, fue uno de esos sistemas defensivos que construyó a mediados del siglo XVII.
Hacia 1676 escribió Instructions pour la défense que, como bien define el título, daba las claves para defender correctamente una fortificación ante cualquier ataque enemigo. Ese mismo año, convertido en mariscal de campo, logró conquistar plazas importantes, como Valenciennes, Cambrai o Gante. A lo largo de su vida, Vauban consiguió grandes logros en el campo militar y continuó escribiendo tratados en los que desarrollaba su sistema constructivo y de ataque, como Traité de l'attaque des places. Vauban mejoró las defensas de más de trescientas localidades (Arras, Bayona, Belfort, Lille, El Pertús, Metz, Mont-Louis, Namur o Perpignan) y construyó treinta y siete fortalezas nuevas.
Eus, un bonito pueblo pintoresco situado a escasos kilómetros de Prades. Figura en la lista de los pueblos más bellos de Francia. Podéis ver más fotografías mías de Eus en esta entrada que realicé hace tiempo en Peregrinus.
¿Qué os parece la vida del marqués de Vauban? Interesante, ¿verdad? Lo mejor es que podemos seguir sus pasos por toda Francia. En cualquier rincón encontramos algún bastión, baluarte o muralla que reconstruyó o edificó de nuevo. Así pues, cambié mi ruta de los monasterios por otra de fortificaciones, que para mí también resultaba muy atractiva. Establecimos nuestro punto de partida en Prades, uno de los pueblos más conocidos de la región. Desde allí nos dirigimos a Eus, donde estuvimos paseando y contemplando el paisaje toda la mañana. Por la tarde realizamos la primera visita relacionada con Vauban: Villefranche-de-Conflent y el Fort Libéria. Esta fortificación se encuentra en la cima de la montaña que domina la población de Villefranche. La construyó Vauban en 1681 tras la firma del Tratado de los Pirineos, por el cual los territorios catalanes del actual sur de Francia pasaron a ser posesión de los franceses. El Fort Libéria fue un enclave defensivo y estratégico, además de servir de prisión en tiempos de Luis XIV. Su particularidad es que se comunica con Villefranche a través de una escalera subterránea. Lástima que cuando fuimos se encontraba cerrada a causa del mal tiempo. De hecho, esa tarde llovió un poco y tuvimos que realizar la visita bajo el paraguas. Si alguna vez visitáis el fuerte, tened en cuenta que se puede subir en coche, pero con mucha precaución porque el terreno es resbaladizo y está lleno de piedras. A mí, que cuando se trata de visitar sitios así, no hay quien me pare, subí con un Seat Ibiza a velocidad de caracol. Si no queréis arriesgar vuestro coche, hay la posibilidad de contratar un 4x4. Nosotros nos atrevimos porque no había ni un alma. Me encanta cuando visito sitios así y no me encuentro a nadie. ¡Sólo estaba el vigilante! Por cierto, actualmente es Patrimonio Mundial de la Unesco.
Como podéis ver, el fuerte no se encuentra en muy buen estado. De todas maneras, vale mucho la pena visitarlo por su importancia histórica. En la siguiente fotografía podréis verlo desde la entrada al pueblo de Villefranche-de-Conflent.
Villefranche-de-Conflent es una pequeña villa medieval calificada, como Eus, como uno de los pueblos más bonitos de Francia. El interés de esta localidad reside, principalmente, en su aire medieval, sus murallas y su iglesia románica del siglo XII, cuya portalada de mármol rosa es una magnífica muestra del románico del Conflent. Villefranche fue fundada en el año 1090 por el conde de Cerdaña. Posteriormente, perteneció al condado de Barcelona, al Reino de Mallorca, a la Corona de Aragón y, finalmente, como consecuencia del Tratado de los Pirineos, se incorporó a Francia en 1659. Por este motivo, entre 1669 y 1687, se encargó a Vauban su fortificación. Las murallas que construyó el marqués aún se conservan en la actualidad. Podéis apreciarlas un poco en las siguientes fotografías.
La falta de tiempo nos impidió visitar también Mont-Louis, otro enclave Vauban cerca de Prades. Otro día será, espero. Teniendo sólo un fin de semana había que priorizar, así que nuestra siguiente parada la realizamos en otro magnífico lugar: el castillo de Salses. Salses-le-Château es un castillo construido en la llanura del Rosellón, al pie de las Corbières. Es mencionado por primera vez en el año 1047, pero su aspecto actual data del siglo XVI, cuando fue necesario reforzar la frontera. La nueva fortaleza (fechada entre 1497 y 1503) fue obra de Ramiro López, un constructor castellano que se inspiró en los castillos de Castilla. De plano rectangular, con un foso y baluartes capaces de resistir la artillería de la época, la fortaleza incorporaba una gran plaza de armas en cuyo alrededor se distribuían las caballerizas, el cuartel, una capilla consagrada a San Sebastián, torres de artillería, el donjon y la prisión. Con la firma del Tratado de los Pirineos (1659), por el cual Francia conseguía ampliar sus fronteras hacia el sur, el castillo de Salses perdió su importancia militar y estratégica. Fue entonces cuando intervino el marqués de Vauban, conservando y mejorando parcialmente el castillo, que sirvió como prisión estatal, polvorín durante el siglo XIX y refugio en tiempos de la Guerra Civil Española. La fortaleza de Salses es un ejemplo de transición entre el castillo medieval y el fuerte moderno y geométrico. Su principal innovación fue adaptarse al desarrollo de la artillería, por eso las murallas se hicieron más gruesas (tienen de 6 a 10 metros de grosor). En 1886 fue declarado monumento histórico.
Vistas del estanque de Leucate, justo al lado de Salses-le-Château, donde paramos a comer. Las vistas son muy bonitas y relajantes.
Tras atravesar el foso, nos encontramos con una puerta impresionante flanqueada por dos torres macizas cilíndricas.
El patio cuadrado de la fortaleza emociona. ¡Es enorme! En su centro se encuentra un pozo y está rodeado por un pórtico que da acceso a la capilla, a las caballerizas y a los cuarteles de la tropa.