Trastorno explosivo intermitente

Por Gabriel Giner @esaludcom

La ira es una respuesta natural y automática al dolor físico o emocional. Ésta puede ocurrir cuando una persona no se siente bien, se siente traicionada, amenazada, rechazada o experimenta algún tipo de sufrimiento interior.

Es sabido que todos hemos sentido ira por alguna situación o evento desagradable que nos ha tocado vivir en algún momento de nuestras vidas; pero quienes padecen ataques de ira o un trastorno de personalidad explosivo intermitente, sienten enfado, odio y frustración de manera crónica, y esto les impide seguir con su vida normal.

La rabia desenfrenada, el abuso doméstico, lanzar o romper objetos, u otras formas de agresividad pueden ser signos de un trastorno explosivo intermitente.

¿Qué es un trastorno explosivo intermitente?

El trastorno explosivo intermitente es, como todo trastorno de personalidad, un conjunto de alteraciones en el desarrollo y funcionamiento de los procesos cognitivos, las cuales no son consideradas normales. Quienes padecen este trastorno sienten impulsos incontrolables de ira, odio y agresividad.

Las personas con ataques de ira presentan un patrón generalizado de comportamiento impulsivo y agresivo. También sienten que su ira siempre es justificada y se encuentran dominadas por el odio -sentimiento que les provoca una ceguera emocional y no les permite ver otros sentimientos-.

Los pensamientos son los encargados en generar la ira, pues ésta por sí sola no podría ser desencadenada. Los pensamientos que pueden desencadenar la ira incluyen: pensamientos intrusivos, suposiciones, pensamientos irreales y negativos, y falsas interpretaciones de algunas situaciones.

Causas del trastorno explosivo intermitente

Como en la mayoría de los trastornos de la personalidad, las causas específicas que lo originan aún siguen siendo desconocidas.

Se estima que existe un conjunto de factores que pueden ser los principales encargados en originar este trastorno. Estos incluyen: factores biológicos, psicológicos, sociales y factores relacionados con el entorno.

La mayoría de las personas con este trastorno crecieron en familias donde el comportamiento agresivo y el abuso verbal y físico eran vistos como normales, por tanto se acostumbran a este comportamiento y lo ven como el único comportamiento aceptable.

Dentro de los factores psicológicos se ha comprobado que, quienes padecen este trastorno tienen algunas anormalidades en la forma en que la serotonina -neurotransmisor- funciona en su cerebro.

Síntomas del trastorno explosivo intermitente

  • Irritabilidad
  • Agresividad
  • Ira
  • Angustia significativa
  • Baja autoestima
  • Falta de confianza
  • Ansiedad
  • Comportamientos obsesivos e impulsivos
  • Pensamientos negativos
  • Fatiga emocional
  • Alteraciones del estado anímico
  • Insomnio u otros trastornos del sueño
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Inseguridad emocional

Tratamientos para el trastorno explosivo intermitente

El tratamiento para este tipo de trastorno dependerá exclusivamente de la causa que lo origine.

Como para la mayoría de los trastornos psicológicos, la psicoterapia es uno de los tratamientos más utilizados. Dentro de los diferentes tipos de psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual es la más utilizada para tratar los ataques de ira generados por el trastorno explosivo intermitente .

La terapia cognitivo-conductual ayuda al paciente a encontrar el foco de su condición, entender por qué sucede y buscar junto a su psicoterapeuta las maneras para poder llevar una vida saludable de acuerdo a su condición.

Los medicamentos son utilizados como complemento a la psicoterapia, ayudando a disminuir los síntomas causados por el trastorno presente. Los fármacos que se recetan usualmente incluyen: ansiolíticos y antidepresivos. Los ansiolíticos son utilizados para calmar la ansiedad, y los antidepresivos actúan inhibiendo la recaptación de serotonina.

También se pueden visitar grupos para controlar el manejo de la ira. Estos son grupos interdisciplinarios, donde diferentes profesionales ayudan con distintos tipos de prácticas, a controlar los ataques de ira irrefrenables. Estos grupos de ayuda pueden estar compuestos por: psicólogos, psiquiatras, profesores de yoga, especialistas en técnicas de meditación, entre otros.