A pesar de que el alcohol está plenamente aceptado en nuestra sociedad, lo cierto es que se trata de una sustancia de probada toxicidad y, por tanto, sin ningún efecto beneficioso para la salud. Muy al contrario, resulta muy difícil encontrar algún órgano, aparato o sistema de nuestro organismo que no se dañe por el abuso de alcohol.
Existe la creencia de que el alcohol sólo daña el hígado, se equivocan los que así lo creen. El alcohol daña todo el aparato digestivo, desde la boca hasta el ano, pasando por el esófago, el estómago, el hígado, el páncreas y el intestino. Pero también daña el sistema nervioso, el cerebro, el sistema muscular, el corazón, las arterias, los músculos, el esqueleto, el metabolismo y la nutrición. Incluso puede desencadenar tumores o cáncer. Y todo esto sin contar las consecuencias indirectas (accidentes, siniestralidad, absentismo laboral, problemas familiares, etc.)
Trastornos digestivos
La patología digestiva que tiene como factor de riesgo u originario al consumo de alcohol es muy diversa y afecta a distintos órganos como hemos visto.
1. Cavidad Oral: Los/as alcohólicos/as sufren de glositis, una inflamación dolorosa de la lengua; estomatitis, inflamación de la boca; caries asociadas a crecimiento bacteriano excesivo; y periodontonitis, inflamación de las encías. Todos estos trastornos alteran la capacidad de la persona para la degustación y resultan en problemas de alimentación. (Marsano, L., 1993).2. Esófago: Aún en no alcohólicos, el alcohol reduce la competencia del esfínter esofágico inferior, un músculo que normalmente previene el reflujo del ácido desde el estómago al esófago. En los alcohólicos el reflujo del ácido estomacal suele producir lesión en la mucosa esofágica con el consecuente dolor esofágico y cicatrices en esa zona dando lugar a una reducción del diámetro esofágico con disfunción en la alimentación. (Marsano, L., 1993). El síndrome de Mallory-Weiss, que no son más que úlceras lineales en la unión gastroesofágica
3. Estómago: A través de múltiples estudios se ha podido confirmar el potencial «ulcerogénico» que tiene el alcohol. Las secreciones gástricas, como la saliva, son usualmente estimuladas psíquicamente por el etanol, especialmente si el individuo lo disfruta. Bebidas etílicas fuertes de 40 % y más irritan la mucosa gástrica, causan hiperemia congestiva, e inflamación, con pérdida asociada de proteínas plasmáticas en la luz gastrointestinal. En concentraciones tan elevadas, el etanol produce una gastritis erosiva (Goodman & Gillman, 1996).
4. Páncreas: Se sabe hoy en día que aproximadamente el 5 % de los alcohólicos desarrollan una pancreatitis clínicamente significativa:
- La pancreatitis (Hodgdon, A., Wolfson, A., 1990) se caracteriza por síntomas agudos o crónicos.
- Dolor abdominal: El dolor suele ser severo y constante, localizado en algún lado en la porción superior del abdomen o la espalda y por lo general cede al inclinarse hacia adelante
- Vómitos.
La dolencia pancreática por alcoholismo crónico no siempre es fatal, pero es irreversible. Si bien la abstinencia va a disminuir los síntomas clínicos, la severidad va a depender del curso del alcoholismo.
5. Hígado:
- Enfermedad Hepática alcohólica:
Tanto el acetaldehído como el desequilibrio NADH/NAD producen las lesiones hepáticas:
- La esteatosis hepática es la lesión más frecuentemente producida por el etanol. Se caracteriza por depósitos en forma de vacuolas de grasa en los hepatocitos.
- La hepatitis alcohólica aguda. Suele originarse en alcohólicos crónicos que intensifican su ingesta durante una temporada determinada.
- La hepatitis alcohólica crónica se presenta en alcohólicos crónicos, mejora tras la supresión de la ingesta de alcohol.
- La cirrosis alcohólica tiene una elevada tasa de mortalidad. El desarrollo de carcinoma hepatocelular está ligado a la presencia de cirrosis hepática.
6. Intestino delgado: Los cambios que acontecen en la mucosa del intestino delgado son los causantes de la diarrea frecuente en alcohólicos, además de problemas de malabsorción de distintos nutrientes como glucosa, aminoácidos o vitaminas, que originan importantes déficits.
Trastornos cardiovasculares
Entramos en la contradicción que supone, de un lado considerar que el alcohol es favorable para el corazón (aspecto que ya tratamos al hablar sobre los mitos y creencias) y de otro asumir los riesgos que el consumo abusivo de esta sustancia produce sobre el sistema cardiovascular provocado por los efectos sobre miocardio y la alteración sobre la circulación periférica.
La ingesta excesiva de alcohol, puede favorecer la hipertensión arterial.
Durante el síndrome de abstinencia puede originar crisis hipertensivas. El consumo excesivo de alcohol durante años puede desarrollar una cardiopatía congestiva.
- Cardiopatía isquémica: El consumo en grandes dosis de alcohol pueden desencadenar latidos del corazón irregulares y aumentar la presión arterial hasta en personas sin una historia de cardiopatía. El abuso crónico del alcohol también puede lesionar el músculo del corazón que conduce a la insuficiencia cardíaca; las mujeres son particularmente vulnerables a este trastorno.
- Miocardiopatía alcohólica: Es un trastorno en el cual el consumo excesivo y habitual de alcohol debilita el músculo cardíaco. El corazón no puede bombear sangre eficientemente, por lo que a su vez se ven afectados los pulmones, el hígado, el cerebro y otros sistemas del organismo.
- Accidentes cerebrovasculares: Un accidente cerebrovascular (ACV) o ictus ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe repentinamente o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, derramando sangre en los espacios que rodean a las células cerebrales.
- Arritmias cardíacas.
- Hipertensión arterial.
6.3. Trastornos Hematológicos
El alcohol produce alteraciones en los hematíes y las alteraciones nutricionales pueden causar distintas alteraciones en la serie roja.
Es frecuente en alcohólicos crónicos:
- Macrocitosis: Volumen corpuscular medio aumentado, que desciende a valores normales si la abstinencia se mantiene varias semanas.
- Anemia Megaloblástica: La anemia puede tener muy diversas etiologías, desde anemia megaloblástica por déficit de ácido fólico o de vitamina B12, anemia sideroblástica por déficit de ácido fólico, o anemia hemolítica en alcohólicos con hepatopatía grave o con hipofosfatemia.
En la serie blanca, existe no sólo una neutropenia, sino también alteración de las funciones de los linfocitos y macrófagos, que favorecen la mayor propensión de estas personas a presentar diversos procesos infecciosos.
Se observan alteraciones de la coagulación, descenso de la agregación plaquetaria y menor liberación de tromboxano A2.
6.4. Trastornos Metabolíticos
La metabolización del alcohol etílico, incrementa la cantidad de NADH, que ocasiona trastornos metabólicos como acidosis láctica (acumulación de ácido láctico en el cuerpo, este exceso provoca desequilibrio y la persona comenzará a sentirse enferma. Los signos de acidosis láctica son respiración profunda y rápida, vómitos y dolor abdominal) e hiperuricemia (aumento o sobreproducción de ácido úrico), por otro lado bloquea la gluconeogénesis y la oxidación de ácidos grasos, causando esteatosis hepática e hiperlipidemia.
Efectos sobre el Sistema Óseo:
El alcoholismo se asocia con diversos trastornos metabólicos óseos e incrementa la incidencia y severidad de fracturas. Entre los primeros resalta la osteoporosis, la osteomalacia y el hiperparatiroidismo secundario.
En la osteoporosis, el mecanismo de desarrollo de osteoporosis en el alcohólico se vincula a su efecto tóxico directo sobre los osteoblastos con una reducción de su actividad y una disminución del grado normal de formación ósea y adelgazamiento de la trabécula.
En la osteomalacia, que se asocia a una disminución de la vitamina D, se caracteriza por ablandamiento óseo, dando lugar a dolores óseos progresivos, fracturas y deformaciones. En los alcohólicos, usualmente es el daño hepático el que da lugar a la osteomalacia vía una reducción de la activación de la vitamina D en este órgano. Los niveles bajos de Vit D, suelen resultar en malabsorción del calcio, dando lugar a niveles de hipocalcemia y posiblemente a un hiperparatiroidsimo secundario.
6.5. Trastornos Endocrinos
El alcohol produce alteración de las hormonas sexuales. La hipoandrogenización da lugar a disfunción sexual, con disminución de la líbido o impotencia. La hiperestrogenización, causada por el consumo crónico y abusivo de alcohol, se manifiesta por eritema palmar, arañas vasculares y ginecomastia. Se ha observado también infertilidad como consecuencia del alcohol, aunque se desconoce el mecanismo exacto por el que se produce.
En alcohólicos/as crónicos también se produce el denominado pseudosíndrome de Cushing, los síntomas desaparecen con la abstinencia y pueden reaparecer al reiniciar la ingesta de alcohol.
Otras hormonas también se alteran sin que tenga relevancia clínica, tal es el caso de la hormona del crecimiento, la prolactina y las hormonas tiroideas.
6.6. Infecciones
La vulnerabilidad del alcohólico crónico, a la que llega por la concurrencia de los problemas físicos, psíquicos y/o sociales, conlleva la facilidad para contraer infecciones tales como la neumonía, tuberculosis pulmonares, VIH, enfermedades venéreas, meningitis aguda,...
6.7. Cáncer
La explicación de las consecuencias, a veces, mortales de esta patología las consideramos consabidas. El abuso de alcohol con permanencia en el tiempo, es predisponerte y nos atrevemos a decir que causante del aumento de la evolución de tumores en la persona consumidora. En 1988 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer concluía que «había suficiente evidencia para sugerir que las bebidas alcohólicas eran carcinogénicas para el ser humano».
Entre los tumores que se asocian con esta sustancia, expresados siguiendo el orden del circuito de distribución del alcohol, encontramos:
- Garganta.
- Laringe.
- Esófago.
- Estómago.
- Hígado.
- Páncreas.
- Recto, Colón,...
Trastornos sobre el SNC
El efecto del alcohol sobre el Sistema Nervioso Central, ha sido expuesto a lo largo de este curso, tanto en consumos abusivos como en la interrupción del mismo. Incluiremos los síntomas de la intoxicación aguda y el Síndrome de abstinencia alcohólica como problemas neurológicas. Por desgracia no son estas las únicas alteraciones que el etanol provoca sobre este sistema fundamental para la persona. Las demás alteraciones neurológicas, pueden clasificarse en función de su etiopatogenia:
Las enfermedades relacionadas con los trastornos nutricionales:
- Síndrome de Wernicke-Korsakoff.
- Degeneración cerebelosa alcohólica: Es una enfermedad más frecuente en varones, que se caracteriza por ataxia del tronco y extremidades inferiores. Además, pueden aparecer otros síntomas como temblores, disartria o nistagmo.
- Polineuropatía alcohólica: Es la más frecuente, los síntomas se inician distalmente y en las extremidades inferiores. La afectación en forma de parestesias, pérdida de fuerza y atrofia simétrica. Hay una disminución de los arcos reflejos y el reflejo aquíleo se afecta precozmente.
- Neuritis óptica: Hay pérdida de agudeza y campo visual, con un escotoma central y a veces dificultad para diferenciar el color rojo del verde, pudiendo evolucionar a la ceguera total.
- Las enfermedades de etiopatogenia desconocida:
- Síndrome de Marchiafava-Bignani: Aparecen alteraciones en el lenguaje, los trastornos de la marcha, el aumento del tono muscular y la incontinencia urinaria. Tiene un curso progresivo hacia la muerte en pocos años.
- Mielinosis pontina central: Cuadriparesia progresiva, parálisis pseudobulbar y parálisis parcial o completa de los movimientos oculares horizontales. Evoluciona a la muerte en pocos días
- Demencia alcohólica.Efectos sobre el Sistema Genito-Urinario
La ebriedad interfiere con el acto sexual, disminuyendo la capacidad de respuesta en hombres y mujeres. Más aún, la ingesta crónica de etanol en hombres puede llevar a impotencia, esterilidad, atrofia testicular y ginecomastia.
SÍNDROME ALCOHÓLICO FETAL
Los rasgos faciales anormales, el retardo del crecimiento y los problemas del Sistema Nervioso Central que se presentan en los/as hijos/as de mujeres que han efectuado un consumo crónica de alcohol durante el embarazo, son los características del Síndrome Alcohólico Fetal. Los niños que sufren de este síndrome pueden:
- Presentar discapacidades físicas.
- Ser más pequeños de lo que correspondería a su edad.
- Nacer con anomalías faciales (Microcefalia, anomalías en el pabellón auricular, nariz chata, Microftalmia, labio superior fino, cara aplanada hacia la mitad de la misma, aperturas oculares pequeñas).
- Desarrollar problemas de aprendizaje.
- Manifestar problemas de Memoria.
- Demostrar problemas de Atención.
- Tener problemas de Solución de Problemas.
- Padecer problemas sociales para llevarse bien con los demás y controlar su temperamento.
- Presentar problemas de conductas.
- Tener problemas de corazón.
- Insomnio
- Deficiencias auditivas y visuales.
Se estima que uno de cada 500 recién nacidos vivos nace con los síntomas que distinguen el Síndrome del Alcohol Fetal (SAF) incluso se han llegado a equiparar con las incidencias del Síndrome de Down.
No podemos proporcionar una cantidad de alcohol que no tenga efectos nocivos sobres el/la niño/a. Cuando una mujer consume alcohol, estando embarazada, este atraviesa la barrera placentaria e inmediatamente alcanza al feto.
Se sabe que la exposición prenatal al alcohol es dañina para el feto en el desarrollo, pues provoca consecuencias que perduran toda la vida.
Algunas campañas preventivas propuestas en otros países se han centrado en la sensibilización de las mujeres y sus parejas sobre los problemas que suponen para el feto el consumo de alcohol durante la gestación.