El chalazión es una protuberancia que se genera sobre el párpado superior como consecuencia el bloqueo de una glándula sebácea. Este bloqueo lleva a la formación de un quiste sebáceo. El origen de un chalazión siempre está en las glándulas de Meibomio (son las glándulas que se encargan de lubricar el ojo). En un caso de chalazión se produce un bloqueo de una de estas glándulas (en el ojo hay alrededor de 100 glándulas de este tipo).
Los síntomas que se pueden comprobar en un caso de chalazión son un incremento en la sensibilidad del párpado, mayor lagrimeo, inflamación dolorosa sobre el párpado y una mayor sensibilidad a la luz. La compresión de la córnea que genera este quiste sebáceo puede dar origen a casos de astigmatismo en el ojo afectado (se retiran con la recuperación del chalazión). El diagnóstico definitivo de un chalazión debe ser hecho por un médico oftalmólogo. En algunos casos puede solicitarse una biopsia para descartar que el bloqueo tenga origen en un cáncer de piel.
En la mayoría de los casos un chalazión debería desaparecer sin la necesidad de tratamiento al cabo de un mes de su desarrollo inicial. El tratamiento inicial que se le da a esta inflamación es de compresas calientes (deben ser administradas cuatro veces al día, por unos 15 minutos cada vez). Esto suele ayudar a drenar los aceites que producen el bloqueo de la glándula sebácea. En los casos en los que el chalazión perdura y sigue creciendo lo que se recomienda es el drenaje del líquido interno del quiste sebáceo por medio de una pequeña incisión por debajo del párpado (no deja cicatriz alguna). El pronóstico que se puede esperar en la mayoría de los casos de chalazión es favorable. De todas maneras siempre es bueno efectuar una consulta con el oftalmólogo.