En el XVI
Congreso de la Sociedad Venezolana de Radiología y Diagnóstico por Imágenes,
que se realizó la semana pasada se dieron
a conocer los procedimientos más recientes, que no necesitan cirugía abierta. Sin
abrir la cabeza ni rapar el cabello, e incluso mientras el paciente está
despierto y conversa con el médico, colocan un stent (prótesis metálica similar
a un tubo) en la arteria que se encuentra dentro del cráneo, para evitar que un
aneurisma pueda reventar y provocar un derrame cerebral. Sin necesidad de
cirugía abierta ni terapia intensiva, en 48 horas la persona puede regresar a
su casa. En la actualidad hay stent de nueva generación que permiten resolver
aquellos casos que no tenían alternativas. Aunque la craneotomía convencional
abierta sigue siendo la primera opción para algunos casos de aneurismas
cerebrales, el tratamiento neurovascular está indicado para aquellos pacientes
con aneurismas "complejos, fusiformes, gigantes y de ubicación profunda. Los denominados stent redireccionadores de flujo (pipeline) logran la oclusión
total en la mayoría de los casos, de forma rápida y efectiva, y en el mismo
procedimiento se pueden tratar varios aneurismas de ubicación diversa. Todo
dependerá del tamaño, localización y geometría de la dilatación, así como de
las condiciones del paciente. Lo importante es que ahora todas las personas con
aneurisma se pueden salvar, bien sea por
cirugía abierta o por tratamiento endovascular.