Según un trabajo publicado en la revista Psychological Medicine el año pasado, que recoge el proyecto llevado a cabo durante los años 2001-2003, coordinado por el psiquiatra Manuel Girón, de la Unidad de Salud Mental del centro de Ciudad Jardín en Alicante, un seguimiento adecuado a los familiares de personas con esquizofrenia ( intervención familiar multidisciplinar por parte de psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y enfermeros) que les permita gestionar mejor la enfermedad de sus hijos o hermanos -reducir las tensiones, comprender mejor los síntomas, tratar de ponerse en el lugar del paciente- arroja resultados muy superiores en lo que respecta a la evolución de la enfermedad, a los que pueden ofrecer sólo los medicamentos.
Según las conclusiones extraídas de dicho proyecto, las recaídas se vieron reducidas de un 40% en el grupo control a un 12 % en el grupo tratado. Así mismo, se objetivaron una reducción de los síntomas positivos: alucinaciones y delirios típicos de la enfermedad y de los llamados síntomas negativos: comportamientos pasivos, falta de expresión afectiva, falta de relación emocional, aislamiento, así como un descenso de incidentes graves por parte de los enfermos.Girón se planteó analizar la importancia del factor familiar en la salud de estos enfermos partiendo de estudios previos que ya apuntaban que entre los factores que influyen en que personas con esquizofrenia no recaigan y tengan un mejor comportamiento social, por delante de la medicación, se encuentran como factores moduladores, el adecuado ambiente y apoyo familiar y la ocupación laboral.Tras dos años, con visitas continuas a las familias, hacia las que los especialistas se acercaron sin imposiciones "Nuestra aproximación partía de la base de que quienes más sabían eran los enfermos y familiares", comenta Girón, se comenzaron a percibir un cambio de actitudes desde los primeros nueve meses del tratamiento. A partir de entonces, el objetivo se centró en mejorar la capacidad empática de los familiares, de sintonizar emocionalmente con los enfermosTras la evaluación de los resultados, las conclusiones fueron contundentes. "La enfermedad es claramente modificable", y "más allá de la medicación, hay recursos útiles para intervenir". "Las familias y los pacientes tienen recursos, pero el problema es que no saben ponerlos en marcha, hace falta una ayuda de fuera para que ellos mismos los activen" El estudio coordinado por Manuel Girón no sólo refuerza la tesis de que más allá de los fármacos (en buena medida imprescindibles) hay recursos para intervenir con las personas con esquizofrenia, sino que hace especial hincapié en que los avances y mejoras tienen mucho que ver con potenciar la integración del enfermo mental en su entorno.Además, demuestra que la intervención familiar es más eficiente económicamente que la atención convencional, ya que a largo plazo el coste sanitario de los pacientes que tuvieron este tipo de asistencia fue inferior al del grupo de controlPor desgracia, y a pesar del reconocimiento explícito de su trabajo , el cual fue incluido como ejemplo de buenas costumbres en la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud de 2007 , este tipo de iniciativas no sólo no se impulsaron por parte de la Administración, sino que la Consejería de Sanidad recortó el personal de la unidad de Salud Mental Ciudad Jardín de Alicante.
Texto extraído del artículo publicado en el diario El País del 14/02/10 " Hay esperanza más allá de las pastillas"
Actualmente, y en lo que respecta a nuestras unidades, llevamos dos años realizando un grupo de psicoeducación familiar en colaboración con las trabajadoras sociales y con una periodicidad semanal, cuyos contenidos y resultados expondremos más detalladamente en otra entrada del blog.
Esther Sanz. Psicóloga Clínica USA.