Tratamientos contra la alergia

Por Blogdefarmacia.com

El diagnóstico y tratamiento de las alergias es complicado y difícil. Por un lado, no se conoce muy bien el fenómeno de la alergia; por otra parte, muchas veces resulta difícil determinar qué producto o sustancia es la causante de la alergia, condición necesaria para poder aplicar el tratamiento adecuado a cada caso.

El proceso a seguir para el diagnóstico y tratamiento es el siguiente:

  1. Identificación de la sustancia alérgena; cuando se trata d un producto, hay que hallar cuál de sus componentes es el alérgeno.
  2. Evitar que la persona alérgica se ponga en contacto con dicha sustancia en lo sucesivo, o por lo menos, evitarla en lo posible.
    Seguir el tratamiento contra la alergia que el médico recete (sueros o vacunas inmunizadoras, fármacos que en dosis progresivas libren de la enfermedad alérgica, etc.).
  3. En ocasiones es muy difícil evitar el contacto con la sustancia alérgena, como en el caso del polen, especialmente si la persona alérgica vive en el campo. Otros casos resultan más fáciles de evitar: el contacto, con plumas, pelo, etc.
  4. En estética se plantea muchas veces el problema de que el cliente de un centro de estética sufre de alergia a cosméticos determinados. En este caso, habrá que dejar de emplear este producto con dicha clienta, sustituyéndolo cuando sea posible por otro que cumpla la misma función. También es muy importante tranquilizarla, quitando gravedad al caso y orientándola convenientemente para que no vuelva a sufrir otra reacción alérgica.

Algunas alergias menos comunes:

Alergia de origen psíquico: existe otro tipo de alergia causada por motivos psíquicos y que produce, con sólo observar determinado objeto, sustancia o animal, todo un estado de alergia. En este caso es necesario el consejo de un especialista en la materia, es decir, de un psiquiatra, ya que puede existir una alteración mental causada por un trauma psíquico.
Prurito o Picor: el prurito es una reacción de la piel, caracterizada por un malestar que puede ser más o menos intenso. Se manifiesta en forma de un fuerte picor.
Las causas que pueden dar lugar al prurito son diversas; entre las más frecuentes tenemos los trastornos orgánicos (insuficiencia hepática y renal, diabetes, hipertensión, etc.), y los trastornos emocionales o psíquicos: angustia, inseguridad económica o laboral, etc.