Un estudio del Colegio de
Ciencias de la Salud de Ningbo en China, publicado en la revista PLOS ONE evidencio
que el costo psicológico de estar en la primera línea de esta pandemia puede conducir
a un aumento en los trastornos de salud mental entre los proveedores de atención
médica. La encuesta, realizada en enero y febrero de 2020, recopiló información
demográfica, información sobre la exposición y el trabajo de COVID-19, y
utilizó la bien establecida lista de verificación de síntomas 90 (SCL-90) para
cuantificar los síntomas de salud mental. El 75 % de los evaluados eran enfermeras
y el 25 % médicos, el 72 % eran mujeres. Los encuestados obtuvieron puntajes
más altos en escalas de somatización, síntomas obsesivos compulsivos, ansiedad,
ansiedad fóbica y psicoticismo en comparación con un promedio nacional. También
obtuvieron puntuaciones más bajas en una escala de sensibilidad interpersonal.
Los investigadores identificaron varios factores que predijeron el estado de
salud mental, incluido su nivel de preocupación por haber sido infectado y su
edad. Sin embargo, el estudio es limitado porque no comparó directamente a los
médicos que trabajan con pacientes con COVID con los médicos que no trabajan con
pacientes con COVID. En resumen el estado general de salud mental del personal
médico que responde a la afección por el coronavirus es generalmente más alto
que el del grupo normativo. Los resultados de este estudio deben contribuir a
las medidas para aliviar las presiones psicológicas sobre el personal médico
que se ocupa de esta nueva epidemia por coronavirus.